Casa Currás en Lalín

COCIDO ESPECTACULAR!!! La comida, los postres, los camareros, el restaurante....TODO. Gracias por hacernos tan felices comiendo un buen cocido. Repetiremos sin duda alguna.

Buen ambiente y muy buen cocido

Si te gusta un buen cocido, este es tu restaurante. Empiezan con una sopa, muy rica. Después comienzan a traer platos que no caben en la mesa: garbanzos, dos tipos de chorizo, patatas, grelos, repollo,gallina, vaca y múltiples partes del cerdo. Acaban con 4 tipos de licores, te dejan las botellitas para que te sirvas y luego los postres: queso con membrillo, filloas, leche frita, cañitas rellenas de crema y cuando crees que se ha acabado: una porción de flan de café expectacular. Así que hay que ir con hambre.

Rico Rico todo Lo mejor el cocido Y las Tostás de pulpo y queso La croca Lis huevos todo está buenísimo Y los postres más buenos todavía La leche frita espectacular Las cañas el flan las orejas riquísimas. Que decir del queso con membrillo riquísimo

El cocido super abundante y rico, los postres también abundantes y ricos con mucha variedad. Las camareras muy agradables y atentas. El sitio es bonito y acogedor.

Hemos ido a comer el famoso cocido de Lalín, con sus postres de Carnaval. Muy abundante, buen ambiente, personal amable......todo excelente. Totalmente recomendable 👍🙂

Comida muy muy abundante. Calidad, cantidad, precio excelente. Recomendable 100%

Si buscas un cocido gallego no visites este lugar. El cocido no tiene nada que ver con el tradicional gallego. Parece de tipo maragato, con carnes duras y ahumadas. Fue una decepción... y hasta lo traen a la mesa todo extendido y se acaba enfriando. Prueba de lo que digo es que insisten obstinadamente en que lo pueden recalentar… ¿Existe la posibilidad de que sean unos “okupas” de maragato cocido instalados en Galicia para desvirtuar lo que siempre tuvimos?. Reservamos el mismo día, 16/01/225, y cuando llegamos a almorzar, resulta que el lugar estaba en otro lugar donde teníamos que hacer una romería. Pudieron informarle en el momento de la reserva. Los postres relativamente bien. Las dulces orejas ingeribles. Relleno de una mezcla inusual de sal y azúcar. Y con mucho olor y sabor a anís. Interpretación "sui generis" del lugar. Sugiero que no pongan en la mesa cuatro liquoretas con licores de hierbas, café, quinua tostada y aguardiente blanco. Todos son muy malos. No costó nada encargar a alguien que elaborara licores de calidad que casi siempre bebemos en nuestra Tierra. Resumen: un lugar bastante caro, que pretende llamar la atención con cierto empuje elitista, que no está a la altura, que da comida de sobra y crebas con guiso ajeno y esos licores que vienen envasados ​​en botellas de plástico del tipo de agua mineral. Es de estos lugares de los que sales con la cierta sensación de que no volverás ni recomendarás. Allí a ellos, a los que les da igual, siempre les entrará alguien por la puerta. Parece que tenían vino "de la casa" que no estaba en el menú, lo cual descubrimos cuando vimos a ciertos comensales bebiéndolo... en copas, lo que también podían alentar. La lengua gallega sólo se incluía en las cartas. El servicio es íntegramente en español. Una historia contada en otro idioma, como decía Celso E. Ferreiro. Lalín, no es para mí. Lalín, representada de alguna manera por este lugar, no valora nuestra cultura, salvo una postalita que entregan con la carta. El guiso que sirven no es nuestro ni mucho menos.

Para comer cocido, como el currás no hay otro. Estao en varios de lalin, y nada que ver con currás, no cambio nunca más!

Trato y comida expectacular,de 10.