Casa Coder en Reus

Local muy bonito, las tapas bien, la cartas de tapas deberían renovarse estaban muy manoseadas

Fuimos un grupo de 25 y elegimos el menú de grupos y: Entrante tartar de salmón bien Los mejillones congelados del makro que no tenían sabor y muchos estaban cerrados Las croquetas también congeladas del Makro y sin más Ensalada de tomate correcta En cuanto a los vinos sin más. Vino blanco caliente y ni si quiere pusieron un enfriador o cubitera En cuanto a los segundos, pulpo correcto pero poca cantidad pero la carne era de tercera división, como la del Mercadona de 4€, sabor y presentación muy aceptable Postres nada casero, coulant frío No se ofrecen chupitos de la casa después de pagar una cuenta de +800€ Local muy ruidoso y personal muy serio

Deberían renovar la vajilla. No pueden servir platos rotos y descascarillados. Comida buena y camareros serviciales

Restaurante de sños comida bien sin magia pero comible, muy buen servicio en general nada destacable

Un sitio estupendo en la ciudad de Gaudí. Los precios son mucho más bajos que en Francia.

Las tapas están muy bien. Buena atención.

Un clásico de la plaza, muy agradable!

Un buen lugar para el almuerzo, buen servicio y un come correcto

Lugar céntrico y muy bien atendido, el personal súper amable y rápido, la comida buenísima y bien presentada. Lo recomiendo y volveremos pronto, gracias!!

Fuimos cinco personas a Casa Coder a probar el menú del día, anunciado a 20 €, aunque alguno de los platos tenían suplemento (entre 2 y 5 €), lo que encarece el precio final. Entre los entrantes, destacaron los caracoles a la llauna, muy jugosos y bien presentados, . La Ensalada César llevaba una salsa sabrosa y abundante, con pollo jugoso y lechuga muy crujiente. La Fideuá es muy buena, los fideos nada apelmazados, y con muy buen sabor. Los Huevos rotos son un gran platos en este restaurante, los huevos perfectamente cocinados y las patatas nada aceitosas. De segundos, la Merluza al horno con Vinagreta de Escalibada y Cepaddela merluza y con Ceps casi inexistentes. En cambio, el Bacalao gratinado con Alioli fue todo un acierto: sabroso, suave y de buena ración. El Tataki de Atún, tierno y en su punto. El confit de pato sorprendió por su ternura, aunque la salsa que era muy buena, era escasa. En los postres, triunfaron el Mel i Mató con Frambuesas, el Bizcocho borracho con helado de avellanas, y una excelente Crepe con helado de Avellanas. La Crema Catalana era buena, aunque no del todo fiel a la receta original. El Pastel Ruso de Avellanas con Crema Inglesa tampoco nos convenció, poca crema inglesa y poco relleno. El servicio fue impecable, atentos, amables y con gran conocimiento de la carta. El local es acogedor, con varios salones interiores y una terraza ideal para comer al aire libre la días que no sean demasiado calurosos. Un lugar muy interesante para repetir y probar algunos de los platos de su extensa carta.