Can Ripoll en Inca

Acudimos sin reserva y tuvimos suerte. La comida estaba muy sabrosa. Pedimos: fideos caldosos, sepia con sobrasada y otra variedad de platos. Muy buens atención por parte de todo el personal que nos atendió. Fue rápido.

El personal es muy atento, aún estando el establecimiento lleno varios camareros preguntan constantemente para asegurarse de que no falta de nada y toda la comida está deliciosa! Pedimos lomo con col, cordero, frito y caracoles.

La mejor sartén que hemos comido nunca. Hoy hemos pedido una sartén para 8 personas, pero al final hemos comido 9. Todos hemos disfrutado. Además, si desea ir a comer o cenar al restaurante, es un lugar ideal para ir en familia, amigos o para negocios. Lugar con mucho encanto y comida muy buena a un precio muy razonable.

Después de ver la carta nos decidimos a pedir ,aunque nos gusta dejarnos aconsejar por el personal y saber si lo que pedimos está bien o nos quedamos cortos. Al final pedimos para 2 pax. tres medias tapas y un plato principal para compartir. Tapas: Alioli : suave pero buenísimo, puro vicio. 1/2 sepia con sobrasada , muy buena. 1/2 frit mallorquí , bueno, si te gusta el hígado de cordero . 1/2 alcachofas rebozadas. El rebozado es diferente al que estamos acostumbrados, es compacto , no es aceitoso y está muy bueno. Las raciones están muy bien , tanto que tuvimos que anular el solomillo porque no podiamos más. No nos pusieron problema porque aún no había entrado a plancha. Vino tinto 'Ses Nines' recomendado por el camarero, que tengo que destacar que son amables , educados y simpáticos. Un 10 para ellos , para el Celler que es muy bonito y por la comida que ofrecen que es de calidad. Lo único que nos hizo irnos antes fue la mesa que teniamos detrás, varias familias con hijos pequeños, si vas con niños no puedes dejarlos solos gritando y molestando al resto de comensales, y si te das cuenta que molestan, como ya fue en nuestro caso, no hacer nada para solucionarlo. Esto último no es culpa del restaurante pero también se debería tener en cuenta, estar mas antentos a todas las mesas , que la gente coma o cene bien pero también que estén disfrutando de la velada.

¡Un restaurante fantástico ubicado en una antigua bodega tradicional! El ambiente, la bienvenida y el servicio son realmente amables y agradables. La comida también es excelente. Pasamos una velada maravillosa y recomendamos encarecidamente este lugar. ¡Sin duda volveremos!

Este Celler es la esencia pura de la tradición, sus techos abovedados y los antiguos barriles de vino que crean un ambiente cálido y acogedor. Los 15' de espera valieron la pena para adminar el lugar. Nos recibió un camarero muy atento sin ser intrusivo, siempre pendiente de si necesitábamos algo, y su amabilidad y profesionalidad elevaron toda la experiencia. Pedimos olivas, alioli y el pan...espectacular! Dos cañas y compartimos un Frit Mallorquí perfectamente especiado con ingredientes de primera. Plato fuerte con una Porcella al Forn (cochinillo asado), con una presentación y un aroma increíble, la piel crujiente y la carne tierna y jugosa Terminamos con un delicioso Gató de Almendra con helado casero (de esos que te hacían las madres o abuelas). Ésto fué mucho más que un restaurante; es un templo de la buena mesa y la hospitalidad. Un lugar totalmente recomendable si necesitas una experiencia auténtica donde la comida exquisita y el servicio de corazón se dan la mano. ¡Volveremos pronto! (Rezo para que jamás se traspase)

Todo muy normal, resalta la cola del toro.

Excelente recomendación de un local del hotel donde nos alojamos. Los calamares más frescos y sabrosos que probamos en el viaje. Las porciones son generosas y todos los platos están deliciosos y frescos.

Una pizzería muy agradable en un pueblo pequeño.

Sitio perfecto, bodega típica donde no hace calor por la altura, solo con ventiladores sin aire acondicionado, aunque fuera estés a 40 grados. La comida muy buena, paella, con entrantes pimientos de padrón y sepia con sobrasada y miel, muy buena. El pero es, que reclamamos el cobro de bebida y nos vendieron una shandy como dos cañas. No vamos a discutir.