Can Feu en Sabadell

Buena comida! El plato estrella son los canelones de ceps y los garbanzos con espardeñas

A pesar de no encontrarse en una buena zona, la calidad , el servicio y la cocción de lo servido a sido excelente , muy recomendable.

¡Comida de altísima calidad y cocinada a la perfección! Hemos ido muchas veces para celebrar días especiales con la familia y siempre es un acierto. El servicio muy bien, se nota que los camareros son profesionales de verdad, atendiendo bien pero sin ser invasivos. El precio pica un poco, pero no sabe mal pagarlo por la calidad. Espero que no baje el nivel, hay pocos lugares donde comer tan bien en Sabadell, felicidades.

Buen producto y buena calidad. Servicio excelente. El precio es algo elevado

¡El tiramisú está para morirse!

Hacia tiempo que no visitaba este restaurante pues me queda apartado I suelo visitar a los del centro Mantienen el estilo tradicional depurado con una atencion muy agradable tome navallas i arroz de marisco caldoso i helado vainilla todo muy correcto lo que no entiendo es que los precios en la web son algo inferiores ( -2€ ) este detalle no me gusto por todo lo demás excelente i recomendable

Excepcional restaurante tradicional en Sabadell. Tanto la calidad de los ingredientes com el trato es fantástico

Es un restaurante de primera, con productos frescos. Cocina clásica y siempre todo bien preparado.

Un muy buen restaurante, aunque excesivamente caro. Se entiende perfectamente que te hagan pagar caro un chuletón o pescado/marisco, pero los precios están algo demasiado hinchados

Fuimos un domingo al mediodía sin reserva previa. Afortunadamente, pudimos acceder al comedor porque hubo una cancelación de último momento. Por eso, es importante reservar con antelación si se planea ir un domingo al mediodía. Elegimos varios platos para compartir y todo fue muy rápido. Nos sirvieron los aperitivos mientras esperábamos el plato principal. La secuencia entre platos fue perfecta, sin ningún tiempo de espera. Todo estaba muy bien presentado, preparado y cocinado. De los entrantes, destaco una ensalada de tomate con ventresca de atún y cebolla. Como plato principal, nos sirvieron un gallo de San Pedro y de postre, un roscón de nata de Cal Vilaró. Hubo otros platos, pero estos fueron los que más nos impresionaron. Acompañamos todo con un vino riesling Schloss Johannisberg del 22. Todo fue excelente. El servicio fue impecable, diligente, amable y eficiente. Este restaurante figura en varias guías gastronómicas y lo merece con creces. Sin duda, vale la pena visitarlo.