Campos en Lugo

Hemos tomado unas bebidas y tapas. Muy recomendable la ensaladilla y el salpicón

Pedimos varios platos de comida de mar y todo estaba en su punto, se notaba que el producto era fresco. El sitio tiene un ambiente agradable, tranquilo, perfecto para comer sin prisas. La atención fue muy grata, atentos pero sin agobiar. No es uno de esos sitios pretenciosos, pero se nota que cuidan lo que hacen. La verdad es que fue una buena elección y seguramente volveremos.

Comimos en la brasserie. Estaba rico, pero nada del otro mundo. El ambiente era agradable y evocador.

Tenía ganas de volver desde que lo remodelaron,la verdad que quedó precioso,el ambiente y la atención es estupenda La comida de gran calidad El postre delicioso,volveré por qué nunca defrauda

Muy buen sitio para comer, comida de calidad eso si en los vinos se pasan con los precios.

Viajé desde Taiwán a esta gran ciudad de Galicia y tuve la suerte de disfrutar de un delicioso almuerzo en este elegante y antiguo restaurante. El rape estaba cocinado a la perfección, fragante, tierno y elástico; ¡el arroz con langosta estaba delicioso! La langosta seguía fresca y jugosa en el arroz, ¡y fue una delicia!

Estupendo ya no más entrar, llegamos sin reserva y fuimos tratados como si la tuviéramos, atención del personal magnífica, muy personalizada, trato amable y excelentes sugerencias, se nota que conocen lo que sirven en las mesas, el ambiente perfecto, ya en la comida sobraron las palabras, una ricura todo, buena presentación y los sabores maravillosos. Si volvemos algún día seguro repetiremos

Nos tomamos unos vinos y el camarero, Hasan, estuvo sembrado. Pronto volveremos para cenar.

En una zona llena de bares de tapas informales, este es uno de los pocos restaurantes "reales" con manteles, servilletas de lino y servicio a la antigua. El restaurante tiene varios comedores, nos sentamos en una pequeña zona cerca de la puerta principal que era muy agradable, luminoso y ventilado. El servicio era bueno pero no particularmente rápido; imagine camareros de estilo antiguo tallando su pescado en la mesa. Ambos tuvimos el pescado del día que era el pez monje y estaba muy bueno excepto, para mi gusto, el ajo se quemó, bueno sin embargo. Pero era una porción bastante pequeña, probablemente alrededor de 3 onzas de pescado y algunas papas, suficiente para el almuerzo, pero no suficiente para un gran apetito. Por veinte y tantos euros el plato me habría esperado una porción mayor. También tuvimos las croquetas de jabalí como aperitivo y estaban excelentes. Los precios son algo altos para el almuerzo, un pequeño aperitivo, dos pescados del día, 3 copas de vino, y la pequeña botella de agua rondaba los 70 euros.

Restaurante con solera, tercera generación al timón. Cocina refinada y exquisita, nada de virguerías sin fundamento. Fuimos un día y repetimos al siguiente. Crema de nécoras, perdiz salvaje al estilo de la casa, bogavante gallego con huevos fritos... 😋. Ahí lo dejo.