Cala Treumal en Blanes

Un arroz en la playa... Personal eficiente y amable En un entorno magnífico Lo recomiendo

El entrante estuvo genial, el plato principal estuvo bien. Ubicación fantástica. Sangría deliciosa.

Nos ha encantado todo lo que pedimos, platos abundantes y y todo al punto aún con la cantidad de gente que había comiendo. Vistas inmejorables y los camareros profesionales y atentos. Un gran descubrimiento.

Comida fresca y servicio agradable.

Hemos encontrado la cala gracias al ChatGPT y de rebote el chiringuito, todo un descubrimiento, arroz marinero buenísimo, cortaríamos espectaculares, sangría de cava de las mejores. Totalmente recomendable, x suerte hemos cogido un día q estaba nublado y no lo había mucha gente comiendo

Un auténtico favorito culinario y personal. Hacía mucho tiempo que no sentía tanto placer en un restaurante, y puedo afirmar sin dudarlo que aquí todo se conjuga para ofrecer una experiencia inolvidable. La calidad de los ingredientes es impecable: cada plato rebosa frescura y sinceridad. La cocina es absolutamente perfecta, los condimentos, excepcionalmente precisos, e incluso las salsas revelan auténtica creatividad sin caer en el exceso. Las patatas se preparan con una frescura increíble, los postres combinan exquisitez y delicadeza, y los cócteles son equilibrados, sabrosos y no demasiado dulces, algo excepcional que merece ser destacado. El entorno está a la altura del plato: un lugar mágico a orillas de una espléndida playa, perfectamente cuidado, que invita inmediatamente a quedarse más tiempo. El ambiente es elegante y relajado a la vez, con una atmósfera que realza la belleza del lugar. El servicio es un reflejo de la cocina: profesional, cálido y atento sin ser intrusivo. Cada camarero transmite la sincera intención de complacer, y eso marca la diferencia. Tras seis años en España, donde tuve la oportunidad de descubrir numerosos restaurantes de renombre, puedo decir que este es, sin duda, el mejor restaurante que he visitado. La frescura del pescado es excepcional, y los platos reflejan un auténtico respeto por el producto y un amor por la artesanía poco común. Aquí no solo damos de comer a nuestros clientes; les ofrecemos un momento de felicidad. En resumen, un restaurante excepcional que merece ser conocido y reconocido. Para mí, es simplemente un referente y una visita obligada para cualquiera que quiera degustar lo más auténtico y exquisito de la gastronomía. Enhorabuena a todo el equipo; habéis conseguido crear un lugar al que querréis volver una y otra vez.

Un diez para el servicio que tratan como pueden, y con mucha amabilidad, gestionar el caos que de forma. Destaco también el ambiente y el lugar. Claramente es una buena opción para comer allí. Yo me equivoqué porque el camarero me insistio en elegir la paella, pero estaba pasada y insulsa. Se ve casera y le daría otra oportunidad, pero no me gustó, no vale el precio que tiene.

¡El plato de pescado y marisco estaba delicioso! ¡Los demás platos de la mesa también! ¡Y la vista es magnífica! Hay que esperar antes de que nos atiendan, pero es normal, y esperamos a que nos llamen mientras contemplamos la vista o nos damos un baño. ¡Lo pasamos genial!

Hemos cogido unos cortados de avena para llevar.

Calidad precio muy bueno, paella rica. Servicio podría mejorar pero potable.