Cala Cristus en Castell-Platja d'Aro

De los mejores hoteles en los que he estado, sino el mejor. Instalaciones renovadas, de diseño y calidad. La habitacion domotizada tiene un disrño simple pero tecnologico y muy lindo. El restaurante excelente (recomiendo Paella y de postre Xuxu con helado). El spa es la estrella del hotel, los masajes relajantes muy buenos. La playa parece tomada de un cuento...

Agradable bienvenida por parte de un holandés de habla alemana. 👍 Para mi cumpleaños, me entregaron una botella de Prosecco en la habitación a cargo del hotel 👍. ¡El personal se esfuerza mucho! Lamentablemente la reserva de masaje confirmada previamente por teléfono no fue transmitida ☹️. La zona de spa es moderada y solo se puede reservar por dos horas. Desafortunadamente el restaurante no es apropiado para el alto nivel de precios. Los platos tienen buena pinta, pero el sabor deja mucho que desear. Cuando pedí un Tempranillo, dos camareros buscaron en la carta de vinos (pero no había ninguno en la selección). Un camarero en particular debe conocer bien los vinos y la carta de vinos (aquí la formación es fundamental). El personal es cortés y trata de servir bien al huésped. En el desayuno buffet aparentemente todo estaba ahí desde hacía mucho tiempo (estuvimos allí a las 10:00 / el desayuno se puede tomar hasta las 11:00) (las frutas estaban secas, las salchichas estaban un poco deslustradas en el borde, los huevos fritos hacía bastante frío a pesar de la lámpara de calor). Café en cápsulas en autoservicio. Pedir un capuchino al personal no funcionó (solo trajeron café en cápsulas...). El personal del restaurante sólo habla catalán, español o francés. El inglés es moderado / en un hotel de este precio, ¡el inglés debería ser al menos obligatorio en el restaurante! ¡Iluminación exterior diseñada muy bien! Las habitaciones se limpian con aparatos técnicos como el asiento del inodoro con calefacción 😁 Gran vista al mar.

El hotel está decorado con buen gusto, las habitaciones están limpias y son de alta tecnología. Lo único que necesitaba eran pañuelos desechables y un espejo donde pudiera verme de pies a cabeza al vestirme. El restaurante es bueno, pequeño inconveniente, el servicio es un poco desorganizado, falta un chef para que cada uno pueda seguir con su tarea, no tomamos postre ni café porque hubo mucha espera entre el entrante y el plato principal. . Personal agradable a la altura del servicio. Se necesitaría un bartender a partir de las 19 horas para tomar un aperitivo antes de la comida, lástima que tuvimos que pedirlo.