Un magnífico rinconcito donde siempre te atienden como si fueras de la familia. Tony y Sori conocen los gustos de sus clientes habituales, se esfuerzan siempre por complacerles y hacen de este bar un lugar de reunión donde, además de un buen café o una cerveza, se comparten los mejores momentos.
Lo recomiendo sin ninguna duda.