Cafeteria Davall - BO de Shalom en Lleida

Quiero empezar dando un reconocimiento enorme al equipo del restaurante, formado por personas con discapacidad que nos dejaron impresionados. La comida estuvo deliciosa, pero lo que realmente marcó la diferencia fue el esfuerzo y la dedicación de estos empleados. Cada uno puso su corazón en atendernos, trabajando con un compromiso que resulta inspirador. Es importante ser comprensivos y valorar el gran trabajo que hacen frente a las dificultades que enfrentan, y por eso quiero aplaudir su entrega, que hizo nuestra visita muy especial. Sin embargo, debo señalar un aspecto que me resultó profundamente decepcionante y que no puedo pasar por alto. Durante nuestra visita, observamos que la encargada, una señora mayor, trataba al equipo de una manera absolutamente inaceptable. Sus indicaciones eran secas, desconsideradas y carentes de cualquier empatía, creando un ambiente incómodo que no debería tener cabida en ningún lugar de trabajo. En un restaurante que se enorgullece de promover la inclusión laboral de personas con discapacidad, es indignante presenciar una actitud tan contraria a los valores de respeto y apoyo que deberían guiar este proyecto. Las personas con discapacidad, que ya enfrentan suficientes retos, merecen un entorno laboral donde se les trate con dignidad y aliento, y el comportamiento de la encargada está muy lejos de cumplir con ese estándar. Sinceramente, este trato resulta intolerable en un espacio que debería ser un ejemplo de integración. A pesar de esta experiencia negativa, mi admiración por el equipo sigue intacta. Su esfuerzo y pasión son un testimonio de su valía, y espero que el restaurante tome medidas urgentes para asegurar un ambiente laboral que verdaderamente honre su compromiso con la inclusión.