Es un restaurante verdaderamente bonito y acogedor en un entorno precioso. Lo mejor de todo la comida y la amabilidad de sus camareros en especial la de Manuel, atento, amable y servicial. Enhorabuena, ojalá sigan así porque invita a volver.
Estuvimos 5 días con nuestra perrita en el Hotel Brigida de al lado y paseando lo descubrimos. Nos atendieron con una simpatia y empatia que no encuentras en muchos sitios.
Para desayunar, tranquilos, en la terraza, con variedad, muy buen precio y buenísimo todo.
Nos animamos a comer, nos prepararon una mesita a parte para que no molestara a nadie la perrita y la cocina, fue espectacular. Recomendado 100%.