Cafè d'Espanya en Tremp

Calidad, buena atención y espacio muy agradable. Sitio único con historia y buenos recuerdos de juventud. Transformación increíble del espacio.

Comida excelente y un servicio muy amable y bueno. Nos cautivó la imaginativa combinación de diferentes sabores y texturas, por ejemplo, el bacalao sobre manzana y cebolla confitada con alioli de miel o el helado de chocolate y nata sobre pan tostado con aceite de oliva y sal gruesa. ¡Una auténtica delicia, presentada con cariño por jóvenes muy amables! ¡Imprescindible en Tremp!

Un hallazgo delicioso e inesperado. Comimos de maravilla: tostada de atún, arroz con butifarra, calamares y espárragos, y cordero con parmentier. El cordero estaba un poco salado, pero por lo demás, nos encantó la cena y volveremos pronto. Además, tienen una gran selección de vinos y camareros expertos que te ayudarán a elegir.

¡Simplemente magnífico, parada obligatoria!

La comida estuvo excepcional: increíblemente sabrosa y con una presentación impecable. También nos impresionó la selección de platos y vinos; incluso para quienes no somos amantes del pescado, había muchas alternativas deliciosas. El personal fue extremadamente amable, atento y hablaba inglés, lo cual fue muy útil. Recibimos excelentes consejos tanto sobre la comida como sobre el vino. El único pequeño inconveniente: la carta solo está en español. Pero el equipo se tomó el tiempo de explicarnos todo con calma, así que supimos exactamente lo que pedíamos (y gracias a los traductores modernos, eso no fue un gran problema). En resumen, una experiencia fantástica; ¡nos encantaría volver!

Comida y atención excelentes! Tortilla de patata, espalda de cordero, tacos de atún, todos los platos exquisitos!! Y de postre de las mejores torrijas que he probado en mi vida!! Buenísima !! Con muchas ganas de repetir!!!

Cena en el Café de España ha sido una auténtica maravilla. Desde el primer plato hasta el postre, todo fue de una calidad excepcional. Empezamos con un steak tartar impecable, picante y bien equilibrado, seguido de una tortilla de patatas poco hecha acompañada de pan de cristal que la hacía especial. El bacalao estaba cocinado a la perfección, meloso y sabroso, y el arroz de temporada, de papada, mejilla y espárragos, fue sencillamente espectacular: un plato exquisito y refinado a la vez. El postre fue la guinda del pastel. Las texturas de chocolate eran un festival de sabores, y la torrija, tierna con su helado de vainilla x sobre, puso el punto dulce perfecto a una excelente comida. El servicio de los camareros fue impecable en todo momento: atentos, amables y muy profesionales, siempre amables y con una sonrisa en su cara en todo momento. El buen ambiente que se respiraba, gracias a la calidez del equipo y el trato cercano, hizo que la experiencia fuera aún más agradable. Un 10 absoluto. Sin duda, un lugar para volver y recomendar sin lugar a dudas. Muy buen trabajo, siga así!!!

Buena gente, todos jóvenes muy educados Buena comida hemos estado muy bien Calidad precio muy bien Gracias chicas chicos Buena suerte

Un lugar refinado y con estilo. El restaurante estaba lleno cuando llegamos, pero el señor que supusimos era el jefe de sala (y que resultó ser el chef) nos invitó amablemente a esperar en la barra. Nos recomendó cenar en el interior, ya que la noche aún hacía bastante calor fuera a pesar de la hora. Pedimos las croquetas de pollo y champiñones, las patatas bravas, una versión creativa de la ensalada de tomate y burrata, y los buñuelos de calabacín y bacalao. Cada plato era excepcional: tapas modernas de estilo gastronómico que recomendamos con gusto. El servicio fue cálido y atento, y el ambiente lograba el equilibrio perfecto entre vibrante y elegante. Dimos con esta joya por casualidad y no podríamos haber estado más contentos con la experiencia. 👍🏼

Comida y tiramisú maravillosos. Gracias a la mejor Martina.