Ca La Pepa en Castell-Platja d'Aro

Hemos comido a dos personas. La calidad de la comida es muy buena y ofrecen producto fresco, lástima de algunas raciones demasiado justas por su precio... o directamente platos de coste elevado por lo que son, como las albóndigas, 5 unidades a 22€ y no eran de pescado, ni marisco, eran de carne picada. O 8€ la ración de pan (dos trozos por cabeza). Dos carajillos 8€. Hay elaboraciones, o por el producto, que se puede comprender un alto coste del plato, pero en otros productos cotidianos y típicos de una comida, que no requieren ningún esfuerzo ni preparación, como el agua, cafés o pan, estos importes son abusivos... Atención muy buena y servicial, con recomendaciones y sugerencias detalladas. Postre casero muy bueno.

Comida de primerísima calidad y un trato maravilloso !!! Muy muy recomendable!!! Repetiremos mucho sin duda ✌️✌️✌️

Gracias CA LA PEPA.. SON EXCELENTE hoy Disfrutamos de buena Comida Catalana, las Alcachofas, Pan uummmm" todo DIVINO , Nos atendieron Super Super Mega Bien , No dejaremos De Recomendar su buen gusto por la cocina .. gracias. Los Venezolanos nos sentimos muy bien.

Nos ha encsntado el plato huevo campero con alcachofas trompetas muerte ... para chuparte los dedos!!

Un restaurante magnífico, la comida era increíble (carnes y mariscos) y la carta de vinos es la mejor que he visto en la Costa Brava. ¡¡¡Bravo al equipo de Ca La Pepa!!!

Servicio excepcional, atento a todos los detalles. Comida casera, con productos de temporada y de primera calidad.

Vinimos para ser uno de los restaurantes más valorados de la provincia, y aunque comimos realmente bien, lo encontramos uno por el caro. Pagamos 90 euros por cabeza con unos primeros por compartir, un segundo por persona y tres botellas de vino (estamos 9 personas). Sí comimos dos gambas por persona que subían de los 100 euros pero eran realmente buenas, de las mejores que hemos comido nunca. 58 euros en pan es excesivo, y más teniendo en cuenta que llevaban por cada platillo 4 rebanadas y éramos nueve. Pero el pan buenísimo, todo sea dicho. El espacio es pequeño y acogedor, pero nada especial ni por dentro ni por fuera. Destaca el parking que tienes delante. Servicio muy atento y agradable, incluso nos dejaron retrasar la mesa una hora avisando a último momento. Realmente comimos bien, pero quizás no tanto como para pagar 90 euros por ninguno. Hubiera pagado 60 euros y tendría un 10.