11/04/2024: Estamos muy satisfechas por la atención recibida siempre de Daniela,David y el encargado José.
Valoramos su profesionalidad y lo agradables que son.
08/04/2024: ¡Saludos! Quería comentar la situación que ocurrió con un amigo mío el día de ayer al pedir la cena, en este establecimiento de Burger King. La noche fue plena, estábamos un poco con mal cuerpo, pero estábamos bien, teníamos hambre, mucha, todo debido a que se nos atrasó la hora de cenar, entonces nuestra solución fue clara, pillar un 2X8€ para cada uno y comer como animales salvajes del Amazonas a punto de devorar su presa, y decidimos entonces hacer el pedido en el coche por comodidad nuestra. La cosa fue bien, nos atendieron, pagamos y nos dieron la comida, 4 big kings, con sus raciones de patatas y bebida. Al llegar a la zona donde íbamos a comer como cerdos, comenzamos el espectáculo de empezar a comer, hasta que ocurrió algo inesperado.
- Compañero, hazme el favor de pasarme el ketchup para darle más gusto a mi querida hamburguesa.- Mencionó mi amigo con tono de hambre.
-¡Cáspita! ¡Rayos y retruécanos! ¡No hay ni un sobrecito de ketchup! Discúlpame, amigo mío.- Le comenté con tono desanimado.
-¿Ni para las patatas?- Me preguntó con alta curiosidad.
- Me temo que no.- Le contesté triste.
El mundo se nos cayó encima, todo el ketchup existente posible en el mundo, reducido en nada, no hubo ni rastro en la bolsa donde hicimos nuestro ansiado pedido, desanimados, no nos quedó más alternativa que comer nuestra comida, sin aquella querida salsa de tomate tan conocida por la humanidad.
La cosa continuó como de costumbre, como perros bebiendo en pleno agosto, a tal velocidad fue digiriéndose nuestra cena, hasta que por la velocidad que los bolos alimenticios se deslizaban dentro nuestra, necesitábamos desesperadamente algo con lo que ayudarles a bajar. Pensativos ante tal problema, se nos iluminó el rostro con la idea que pasó por nuestra cabeza, beber nuestros refrescos, desesperado y con la boca llena, le pedí con gestos a mi compañero la Coca-Cola.
- ¡Rayos y centellas! ¡Caracoles! ¡Por las barbas de Merlín! ¡No hay ni una pajita! ¿Cómo esperan amigo que absorbamos el refresco?- Preguntó con la boca llena y preocupado.
Llegados a este punto, muchos darán por hecho que esto no es un problema, porque podíamos beber en los vasos a morro, y tenéis razón, pero ansiábamos las pajitas por una razón clara, que se une con la tercera desgracia de aquella oscura, solitaria aunque calurosa noche de abril.
Conseguí tragar y beber, dándome cuenta de que manché mi vaso con la salsa de la Big king y un poco de la sal que poseían las patatas, era mi vaso, pero me daba un poco de inquietud el ver dicha mancha realizada con la ignorancia que conlleva simplemente el beber de mi Coca-Cola. Ante tal situación, frente a mis ojos, pedí a mi compañero, una servilleta para limpiar mis manos y en continuación, mi vaso.
- ¡Santa madre de Cristo! ¡Carambolas! ¡Recórcholis! ¡Porras! ¡No encuentro ninguna servilleta!- Exclamó muy asombrado
- ¡Eso es imposible! ¿Cómo pueden olvidarse de algo tan crucial? Mi corazón no sabrá si podrá aguantar.- Expresé con un tono alto de preocupación.
Y finalmente allí nos encontramos, con la cena en nuestro estómago, cargados con la traición de no poseer ketchup, pajitas, y mucho menos las servilletas, conseguimos lavarnos las manos con una botella de agua, la comida estuvo buena y nos salvó de una desesperación que se generaba al poseer hambre, una sensación agridulce aquella noche he de decir ¿Serán capaces de ofrecernos el ketchup que tanto ansiábamos con nuestro ser? ¿Podremos limpiarnos con sus servilletas? ¿Nos darán las pajitas con las que acompañarían al refresco? Echo tanto de menos aquel sobre de ketchup, aquel que nunca vi con mis propios ojos, pero ante tales misterios sin respuesta al que nos enfrentamos, pudimos cenar aquella noche.