08/05/2025: Fuimos a cenar por las reseñas que vimos y la verdad es que fue un acierto.
Nos atendió un hombre mayor, supongo que el dueño. Un encanto. Se le veía que quería agradar constantemente y que estuviésemos a gusto.
En cuanto a la comida estaba muy buena. Pedimos pulpo, un acierto, en su punto y súper rico. Una empanada de vieira, también muy buena y el raxo, que a mí me pareció espectacular. Al ajillo, pero un ajillo diferente, buenísimo!!. El dueño nos comentó la elaboración que tenía y no parecía muy simple. Y eso supongo que se nota.
Te ponen cesta de pan (que te cobran) pero merece la pena. 4 tipos de panes diferentes, a cuál más bueno!!
Nos quedamos con las ganas de postre, porque ya era mucha comida, pero tenían una pinta...uff.. todos caseros. Nos invitaron a chupito y unas chocolatinas.
El inconveniente fue que la cocina fue lentísima. Entre plato y plato más de media hora. No sé si era algo puntual o es lo normal. Pero eso fue algo bastante negativo. Y también había pequeñas moscas revoloteando alrededor de la mesa, algo un poco incómodo. Nos dijo el dueño que habían aparecido ese día.
Aún así, invito a todo el mundo que esté en Vigo a que lo pruebe. Y si yo vuelvo a la ciudad, sin duda repetiré.
08/05/2025: Fuimos a cenar por las reseñas que vimos y la verdad es que fue un acierto.
Nos atendió un hombre mayor, supongo que el dueño. Un encanto. Se le veía que quería agradar constantemente y que estuviésemos a gusto.
En cuanto a la comida estaba muy buena. Pedimos pulpo, un acierto, en su punto y súper rico. Una empanada de vieira, también muy buena y el raxo, que a mí me pareció espectacular. Al ajillo, pero un ajillo diferente, buenísimo!!. El dueño nos comentó la elaboración que tenía y no parecía muy simple. Y eso supongo que se nota.
Te ponen cesta de pan (que te cobran) pero merece la pena. 4 tipos de panes diferentes, a cuál más bueno!!
Nos quedamos con las ganas de postre, porque ya era mucha comida, pero tenían una pinta...uff.. todos caseros. Nos invitaron a chupito y unas chocolatinas.
El inconveniente fue que la cocina fue lentísima. Entre plato y plato más de media hora. No sé si era algo puntual o es lo normal. Pero eso fue algo bastante negativo. Y también había pequeñas moscas revoloteando alrededor de la mesa, algo un poco incómodo. Nos dijo el dueño que habían aparecido ese día.
Aún así, invito a todo el mundo que esté en Vigo a que lo pruebe. Y si yo vuelvo a la ciudad, sin duda repetiré.