Borda de Lana en Naut Aran

La comida es buena y el servicio excelente. Las visitas son espectaculares. Un lugar privilegiado, ideal para dar un paseo para hacer hambre antes de sentarse a la mesa. Muy cómodo.

Lugar privilegiado, servicio espectacular. Comida tradicional basada en producto local de primera calidad tratado con cariño. Fabuloso

El lugar es espectacular, las vistas, el ambiente y la comida está muy buena. Es increíble poder disfrutar de una comida en ese entorno y encima con tu animales de mascotas. Lo dicho la comida genial, ahora por algunos platos el precio está un poco subido (bajo nuestra opinión). Hemos pedido un surtido de quesos que venían unas 6/7 clases y nos han cobrado 18 euros. Por otra parte, hemos pedido un sorbete (porción pequeña), tarta de queso y brownie, todos ellos muy buenos pero 9 euros cada uno. Para acabar la comida, hemos pedido 2 Gintonics, nos han puesto Beefeater porque no había otra ginebra y nos han cobrado 14 euros por cada uno! Puedo entender que se suban los precios por las vistas, el lugar y demás pero 14 euros..nos ha parecido extremadamente caro. Repito, la comida, el servicio, el ambiente y el lugar inmejorables.

La ubicación es un sueño y las vistas mientras comes son increíbles. El camamero que nos ha atendido ha sido muy amable y atento, sobre todo con los niños. La comida rica, aunque los precios un poco desorbitados para lo que es.

Volvimos a visitar el restaurante después de unos años sin ir ya que teníamos un buen recuerdo y esta vez nuestra experiencia no fue demasiado buena. Las dificultades ya empezaron con la reserva. No es posible reservar con antelación, sino que tuvimos que llamar el mismo día a las 10h. Después de llamar varias veces pudimos reservar en la única franja que quedaba disponible. En la misma llamada nos informaron que en grupo de más de 8 personas sólo es posible realizar menú (40 euros por persona). Una vez en el restaurante, nos dieron una mesa pequeña por el grupo que éramos y que combinaba bancos y sillas para sentarnos, lo que resultó ser incómodo. La terraza dispone de toldos, aunque no cubren bien y nos tocaba el sol. Nos sorprendió la poca flexibilidad que nos ofrecieron. Los menús no se pueden compartir, los entrantes no se pueden elegir y la mitad de los principales platos tienen suplementos de 5 o 10 euros. Como entrantes nos trajeron paté casero, quesos, ensalada y tortilla de patatas. Todo muy bueno aunque sencillo. Los segundos eran carnes a la brasa. Acabamos pagando más de 50 euros por persona por una comida buena pero sencilla y con poca elaboración. Nos sentimos engañados ya que con este presupuesto el Vall d'Aran tiene otros muchos restaurantes que ofrecen una cocina más elaborada. El servicio también fue bastante lento y poco atento, como la mesa era pequeña nos faltaba espacio. El trato recibido por la propietaria no fue demasiado amable. Lo mejor del restaurante es la ubicación, el paisaje desde la terraza permite ver todo el valle.

Buena comida y buen servicio. Desde las ensaladas, la carne, la tortilla de patatas (si te gusta poco hecha) y el postre. Las ustedes y el entorno son espectaculares.

Una bienvenida muy cálida, la comida muy buena. Recomiendo la excelente tortilla, premiada en Madrid. Hay otros platos igual de buenos, por supuesto. Todo el equipo es muy amable y habla bien francés. Michel y Véronique de París

Llevo dos años intentando ir a este sitio y siempre que llamo para reservar está lleno. Solo aceptan reservas el mismo día, así que hay que estar súper pendiente y tener suerte. Eso ya dice mucho: si siempre está lleno, ¡por algo será! Aunque todavía no he podido probarlo, mi valoración sería positiva solo por la fama y la demanda que tiene. Eso sí, ojalá algún día pueda conseguir mesa y comprobar por mí mismo si realmente vale tanto la pena. Seguiremos intentándolo!

Tuvimos una gran experiencia en la Borda de Lana. Primero, su ubicación es espectacular. Segundo, el personal fue muy amable y atento. Y tercero, la comida, espectacular. Carta sin pretensiones, pero con una materia prima y elaboración excelentes. Eramos tres comensales. De primero compartimos una tortilla de patatas que estuvo a la altura de la fama que le precede (la mantienen en la carta desde hace más de treinta años y no me extraña) y un paté de caza excelente. De segundo, unas costillas de cordero espectaculares. No exagero si digo que una de las mejores que he comido nunca. Los postres, todos ellos de elaborción casera, también muy ricos (cuajada y helados). Sin duda, local muy recomendable. Hay que reservar en el mismo día (no aceptan reservas para días posterores) y ojo que se llena enseguida.

Lugar perfecto para disfrutar en familia y amigos.