Bodegas Castaneda en Granada

Genial el sitio, el trato, la comida, ... Muy recomendable

Aunque la comida estaba bastante buena lo mejor sin duda el servicio. No me acuerdo del nombre pero un camarero súper simpático

Espectacular comida y servicio, sobre todo Jose!!! Muy muy recomendable!!!!

Se come muy bién en las Bodegas Castañeda !! Jamón Joselito espectacular, los camareros siempre nos procuraron asiento en alguna mesita, se nota su experiéncia y compromiso. Totalmente recomendable.

Quiero destacar especialmente la atención recibida por Jose. Desde el primer saludo, se mostró atento y profesional, asegurándose de que cada detalle de nuestra visita fuera impecable. Su conocimiento sobre la carta y sus recomendaciones fueron de gran ayuda, y su amabilidad hizo que nos sintiéramos como en casa. Una de las estrellas de la noche fue, sin duda, la ración de salpicón de salmón. El equilibrio de sabores y la frescura del pescado fueron excepcionales, ofreciendo un plato que no solo satisfizo, sino que superó nuestras expectativas. La tabla caliente, como siempre, un acierto seguro. La combinación de un servicio sobresaliente por parte de Jose y la calidad inigualable de la comida hace que Bodegas Castañeda sea una parada obligatoria. Sin duda, volveremos para repetir esta maravillosa experiencia. ¡Muy recomendable!

Nos recomendó un local porque queríamos comer algo local. El restaurante parece muy bonito y clásico. La comida es deliciosa y la porción es GRANDE. Al principio queríamos pedir la porción grande de surtidos, pero el camarero sugirió pedir el tamaño mediano y ¡tenía razón! Todo es delicioso especialmente la fondue de queso y salmón. ¡Realmente me encantó estar allí!

Muy recomendable el sitio para comer. Las tablas calientes y frías en calidad precio son espectaculares. El servicio es de diez y especial mención quiero hacer para José, nos dio una atención muy buena, simpático, atento y cuidando mucho todos los detalles. Yo como granadina, tengo que decir que es de mis sitios favoritos tanto por ubicación como porque todavía conserva su identidad cultural y gastronómica.

Nos han atendido al momento y el servicio inigualable. Super atento el camarero Jose. Ha estado muy pendiente nuestra, super simpático, nos ha traído agua con hielo sin pedirla. Lo más recomendable son las tablas que tienen, muy asequibles para comer bien y barato entre varias personas (quesito, embutido, croquetas, tortilla) y todo buenísimo. Muy ¡¡¡ENCANTADOS!!! Viva mi tierra y viva Graná. No dudéis en pasaros en cualquier momento.

Apesar do atendimento ter sido muito tumultuado gostamos muito do lugar O que pedimos estava muito saboroso. Bem característico de a granada. Tudo em madeira, apertado mas aconchegante.

La Bodega La Castañeda ofrece una experiencia gastronómica intrigante, aunque con altibajos en su ejecución. Comencemos por el arroz meloso, un auténtico deleite que dejó una impresión duradera desde la primera visita. Su textura cremosa y su sabor rico y satisfactorio lo convierten en un plato destacado, incluso llegando a convertirse en un imperdible que tuvimos que pedir como plato principal en nuestra primera experiencia. Sin embargo, la consistencia de calidad no se mantuvo en todos los platos. Mientras que las costillas con patatas encantaron mi paladar con su maravillosa combinación de especias, mi acompañante encontró que el nivel de picante era un tanto excesivo para su gusto. Esta divergencia en las preferencias resalta la importancia de ofrecer opciones que satisfagan una variedad de gustos. Desafortunadamente, nuestra segunda visita nos dejó con un sabor agridulce debido al rabo de toro. Aunque esperábamos un plato tierno y sabroso, nos encontramos con una carne asada, carente de la melosidad característica de este plato. La textura seca y la salsa poco adecuada no estuvieron a la altura de nuestras expectativas, lo que resultó en una elección desafortunada. En resumen, La Bodega La Castañeda ofrece algunos platos destacados, como el arroz meloso y las costillas con patatas, que seguramente satisfarán a los paladares más exigentes. Sin embargo, la inconsistencia en la calidad, como lo experimentamos con el rabo de toro, sugiere que la experiencia puede variar según el plato elegido.