Bodegas Campos en Córdoba

Buen restaurante con muy buena comida y servicio rápido. Lo recomiendo.

No suele fallarnos Bodegas Campos. Algún apunte, con afán constructivo: la carta de web no es coincide plenamente con la que te entregan "in situ"; además, en carta, los buñuelos de bacalao se indican acompañados de una mahonesa de perejil y, sin embargo, se sirven sin la misma. Es cierto que la pedimos y nos trajeron (aunque se trataba de mahonesa normal) y que después nos aclararon que ahora se sirven así, porque no siempre al cliente le iba bien la mahonesa, que es cierto que la carta debía corregir ese detalle. Por lo demás, ensaladilla, mazamorra, buñuelos de bacalao, manitas de cerdo con foie y postre de milhoja, aparte del pan con aceite, estupendos. También la recomendación en algún plato concreto por parte del jefe de sala. Echo en falta alguna referencia más en los vinos tintos por copas y (aunque sé que son otros tiempos ya) aquellos maravillosos años en los que te recibían en mesa con una copa inicial de Montilla-Moriles y te despedías saboreando un PX.

Es muy agradable ir a Córdoba y visitar Bodegas Campos. Es un verdadero “Templo de el buen comer”. Muchas gracias!!

Gran descubrimiento! Comida muy rica, ambiente genial y una gran servicio, destancando sobretodo a Juan Antonio en la barra, un enorme profesional y un trato increible!!!!

Lugar de 10 El Rabo de Toro el plato estrella ⭐️

Alex camarero encantador, que buen servicio

⭐️⭐️⭐️⭐️⭐️ Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto en un restaurante. El servicio fue profesional y atento en todo momento, la comida simplemente exquisita, y el lugar rebosa historia y encanto por cada rincón. Todo en el ambiente transmite excelencia y autenticidad. Sin duda, una experiencia para repetir.

Restaurante acogedor, interior precioso, comida y vinos excelentes, servicio atento. Se recomienda reservar. Estuve allí el miércoles por la noche sin reservar, ¡qué suerte! 😊

En nuestra excursión de un día desde Sevilla, llegamos a Córdoba en tren para dar un corto paseo por la Judería (judería) y luego un poco de caminata a Bodegas Campos El ambiente y el servicio eran realmente impecables. La clientela parecía ser casi enteramente local. Quería una auténtica experiencia cordobesa, y Bodegas Campo sin duda lo entregó.

Experiencia excelente, desde la recepción a la llegada, la atención de la jefa de sala y la calidad extraordinaria de la comida. A destacar el paté de perdiz, espléndido, así como la ensaladilla de gambas. El rabo de toro, un clásico tierno, abundante, que se deshace en la boca. Así como el plato de callos, morros y patas, delicioso también. Rematado con una torrija suave y jugosa que te hace imprescindible la vuelta a este restaurante de más de 100 años, que no disminuye su calidad.