Bodega Nicolás en Cartagena

Lugar local; éramos los únicos extranjeros. La comida estaba muy buena; el hígado con cebolla era el mejor que he probado.

pan tostado, creo que con avena (me gustó mucho) y postre de arroz con leche - se lo recomiendo a todos!)

Buenas tapas, calidad buenas, sitio con solera, pero lo estropea la atención de las camareras, poco agradables, cara torcida... No apetece volver con ese trato

Bodega en pleno centro peatonal de las de toda la vida, desde 1939. El local tiene su encanto. Tapas caseras típicas de Cartagena, con buen tamaño y mejor precio. Todo riquísimo. Nosotros desayunamos, atentos al tamaño de sus medias tostadas (rodaja de pan de pueblo de 20cm) y cenamos allí, pedimos las raciones pequeñas que tienen buen tamaño. El personal es amable y os podéis dejar recomendar. Tienen mesas dentro y en la terraza cubierta que da a una plaza trasera.

Sin duda: Uno de los lugares más auténticos de la ciudad. Variedad y buenas tapas, muy bien elaboradas. Hay que probarlas

Abren muy temprano para desayunar y las tapas están muy buenas 😋 no fallan, además el trato muy profesional. Con mucho ambiente y un servicio rápido y cercano. Mis platos favoritos migas, conejo al ajillo, ensaladilla , muy buenos precios y calidad de productos. Las elaboraciones muy caseras y con platos de la región, el menú muy variado y con mucha calidad, el precio recomendado. Puedes reservar o ir a un buen horario, los camareros y personal de cocina muy profesional, las aceitunas las mejores que he probado muy caseras. No te arrepentirás tienes que probar y repetirás seguro 😉👌

Un local mítico con muy buenas tapas, tiene una terraza muy agradable y el servicio es muy bueno. El interior de la bodega se conserva tras el paso de los años. Es un atractivo más.

Comida excelente. Precios muy bajos. Si estás en el centro, este es un lugar ideal para hacer una parada, abierto todo el día.

Bar de toda la vida: castizo y con solera.

Esta fue una joya escondida para nosotros. Habíamos estado en Cartagena varias veces. Buscábamos algo diferente. Bodega Nicholas es muy discreta, sin mesas en la entrada (el paseo turístico) y con una barra tradicional con bandejas de tapas recién hechas en un local estrecho que termina en una zona estilo jardín de cerveza en la parte trasera. Los clientes eran lugareños exigentes. La selección de tapas era amplia. Había 38 en el menú, con 12 montaditos, 19 bocadillos y 10 tostas. Con 5 postres. Comida sencilla y sin complicaciones. Pedimos 8 platos con pan y bebida y comimos/bebimos de todo. Nuestros platos eran en su mayoría pequeños, pero con buenas raciones. La otra opción era grande, con solo un ligero aumento de precio: un 20-25%. La ensalada Nicholas estaba deliciosa con finas lonchas de salmón que le daban una suave delicadeza al sabor general del plato. Nos encantó este lugar y volveremos. Quizás para empezar con un jerez seco de las barricas de cerveza la próxima vez.