Terrateig, lugar hermoso y por sobre todo tranquilo, se puede recorrer a pie descubriendo cada rincón en poco más de una hora, los habitantes son muy amables, me impresionó lo bien cuidado que se encuentra el llavador, el pueblo se encuentra a metros de las montañas y eso le da un encanto único de conexión con la naturaleza que no pasa desapercibido, si bien algunas calles son cuesta arriba, las mismas no son muy pronunciadas y la mayoría cuanta con pasamanos, habrá que volver en marzo para ver y disfrutar la fiesta de la alcachofa asada!!!
Fantástica cena de picar. Tellinas, ensalada, patatas bravas, montadito de la casa. Todo con una calidad estupenda y un precio muy asequible. Vale la pena ir, muy recomendable