Simplemente ha sido una de las mejores experiencias encontrar este lugar en Yecla. La comida, espectacular, el trato magnífico, precio i mejorable. Y eso que aparecimos de noche 18 personas a cenar sin avisar.
Este sitio no te pregunta si tienes hambre; asume que sí, y te lo resuelve con bocadillos tan grandes que podrías empadronarte en ellos.
Aquí los bocatas no se andan con rodeos ni florituras. Pan crujiente, relleno hasta las trancas y sabor del que te hace cerrar los ojos y emitir sonidos raros de felicidad. Da igual si eliges lomo con queso, tortilla con todo o el mítico de calamares: todos vienen con la contundencia de una declaración de impuestos y el cariño de una abuela.
El Bar Taxi no busca likes, busca bocas agradecidas. Es ese lugar donde un bocadillo no es un tentempié, sino una experiencia. Sales rodando, pero feliz, como debe ser.
¿Refinamiento? No. ¿Postureo? Cero. ¿Bocadillos legendarios que te arreglan el día? Por supuesto. El Bar Taxi no te lleva a casa, pero te da razones para volver.