Bar ROSA en San Agustín del Guadalix

Si existiera un museo al aire libre interactivo sobre la hostelería retro-vintage, este lugar es un sitio que seguro que estaría y que no se puede dejar pasar si te gusta rememorar lo que eran los bares-taberna a finales de los 70 y principio de los 80.. Un homenaje en toda regla a esa época, que todos los bares empezaron siendo humildes en cualquier lugar, y este se puede aún disfrutar. Muy cerca de la Iglesia y de la Plaza de la Constitución, con sus mesas bajas, taburetes, manteles cuadros y una decoración de aquella generación, un servicio correcto mientras que termina de fregar la entrada y el bar la dueña que da nombre al lugar, y un buen desayuno servido en envases a juego y eso sí, un precio muy actual al que se lleva por todo San Agustín (3€, y con mirar la foto se entiende todo) la verdad. Y ademas también se puede disfrutar de los parroquianos que vienen con el bar desde que se abrio Antes de que cierre o de fin de temporada, si uno se quiere arriesgar por aquí es una buena parada, y por comentar que casi se me olvidaba, si tienes limitaciones físicas mejor no entrar, ya que hay escalones a la entrada y a los baños casi tienes que escalar para volver al bar por lo empinado de sus escaleras, aunque hay que destacar que tiene una terraza al aire libre en la que sí que se puede entrar y muy agusto con buen tiempo se esta.

Un lugar escondido si no caes en la cuenta al pasar. Las croquetas caseras son las más ricas que he probado en hace años, me recuerdan a las de mi madre y el pincho de tortilla buenísimo. Nos sorprende gratamente las raciones bien generosas y las bebidas super frías, como debe ser y el precio tanto de las raciones como del aperitivo 🫒 en esa terraza tan chula de lo más económico en comparación con otros sitios del entorno.

Lo mejor calidad y precio y la atención muy buena se nota que es gente maja