Bar Ricardo en Parla

Es la tercera vez que vengo a este bar y siempre me he sentido como en casa a pesar de no ser una clienta habitual. Me hace gracia leer ciertos comentarios en los cuales nos sentimos con la libertad de machacar a un negocio de toda la vida y que por lo cual si lleva tanto en pie por alguna razón será. Es lógico que se tenga un derecho de admisión. Se a ciencia cierta que los animales son bienvenidos pero hay que entender que hay personas que no tienen el mismo sentimiento hacia ellos ya sea por miedo, alergias o simplemente viene a tomar algo y no les apetece que le estén molestando. A mí la primera. Entiendo que tengan un mínimo para pagos con tarjeta. Desgraciadamente cada vez nos tienen más controlados por este medio y es una pena que un pago de 1,50e a un pequeño negocio le crujan a impuestos y aparte de esto tienen que pagar casi el triple de ese 1,50 solo por ese pago. Seamos conscientes y luchemos por nuestros negocios de siempre. Jamás he visto un acto de agresion ni un mal gesto de parte de los dueños y menos de la camarera. Trabajar de cara al público es muy difícil y como todos en todos los trabajos, se tiene derecho a tener un mal día y repito jamás he visto algo así y menos tema de racismo como se atreven a escribir por aquí. Vengo poco y nunca les falta una sonrisa cuando entro por la puerta. También entiendo que para recibir también hay que sembrar y hay que ser personas. Hablando de la comida, me parece algo estupendo ya que hasta las patatas fritas son caseras y encontrar un sitio donde el mínimo detalle no sea congelados es muy difícil. La limpieza del local es exquisita. No hay nada más que ver las cámaras y la cafetera. El café exquisito, no como comentan de posos (hay que moverlo, sino lógico que se queden jeje) Pensemos con cabeza el daño que podemos hacer por nuestro libertinaje y sobretodo conocer antes de juzgar. Un 10 de valoración y sin duda volveré

Local familiar, la señora es un encanto te trata como si fueses una madre. Al menos conmigo, un trato exquisito, he comido y mi sensación es de 10.

Lugar familiar con comida casera, un sitio de toda la vida.

Fui a pagar un café y no había leído los mil carteles en los que pone que el min con tarjeta son 6¢. Insistí para comprar algo más pero no me dejaron a pesar de perder dinero. Más majos imposible!!

Buena cocina de encargo, muy limpio amplia terraza y muy atentos.