Bar-Restaurante Potajero-Chico en Utiel

Un encanto de camareras .. atención excelente y comida estupenda ... inmejorable... volveremos...

En villa de Utiel, al paso hallamos, un templo de viandas, fiel al sabor, donde el alma y el cuerpo restauramos, rompiendo el tedio del largo vapor. Potajero Chico llaman tal morada, y chico en nombre, mas grande en razón; pues su bocata, joya bien lograda, dejó en Jávea a Madrid leve ocasión. Allí nos recibió buen mesonero, hombre sabio en artes de narrar, quien contónos —cual viejo romancero— del nombre y gloria del singular lugar. De El Pequeño Ruiseñor, famosa escena, alzóse el bar en rayo de memoria, y alzó también, sin duda, en nuestra pena el "Cantábrico", invención digna de historia. ¡Oh pan crujiente y entraña marinera! ¡Oh manjar que canta al Norte y al fogón! Quien osa a tal festín volver la espera, no ama el viaje, mas sí su bendición. Así, lo digo, con verbo sentido: si cruzas Utiel, no dejes pasar el Potajero, que en su reducido nido guarda un festín que ha de eternizar.

Justo lo que me gusta encontrar cuando paro para comer en ruta. Buena atención de las camareras y del jefe( con chupito sin alcohol incluido) . Platos caseros y buena relación precio-calidad.

Paramos aquí a comer ya que estábamos de paso. El personal muy amable y atento, el servicio rápido. La comida normalita, casera y tienen variedad dentro de un menú cerrado.

El mejor sitio para comer en muchos kms a la redonda, Carlos sabe llevar bien su negocio, pendiente de cualquier detalle y siempre de buen humor. Todo perfecto incluso el precio. Me siento como en casa cada vez que paro.

Calidad de producto y preparación en su punto. Muy amables y profesionales tanto Carlos el dueño como el resto de empleadas. Cómo en casa para estar un rato tranquilos y comer bien

Muy atentos todo el servicio. Nos atendió una chica joven y fue encantadora. La comida muy buena y servicio rápido. Recomendable por la calidad y el precio.

Muy amables, comida casera y buena cantidad. Fuimos recomendados por una patrulla GC, y a su vez, lo recomendamos nosotros a los demás. Además, al pagar, un bonito detalle para las niñas. ¡Hasta la próxima!

Lugar emblemático y con historia, la comida de 10 siempre y el trato tanto de Carlos, que es el propietario como de todas las camareras es excepcional, súper atentas y muy profesionales, te hacen sentir como en casa.

Íbamos de viaje y paramos en este restaurante para comer, tenían un menú de 18€ que estaba correcto, la atención recibida fue muy buena.