Acogedor bar junto a la piscina con excelente comida, un poco fuera de lo común. Sus enormes ventanales lo convierten en una opción fresca y fresca durante el verano.
La comida muy buena, el lugar está bien teniendo encuenta que es la piscina del pueblo, pasamos mucha calor y ta el día más caluroso del verano 39 grados y dentro no hay aire acondicionado, así que todo bien menos el aire..
Hemos ido a desayunar animados por unos amigos, y hemos acertado plenamente.
La atención del personal ha sido muy buena, la comida espectacular y todo esto aliñado con buena cerveza.