Bar Pangu en Miranda de Ebro

Llegamos con mi familia un poco tarde, después de la hora en que normalmente la cocina ya está cerrada… pero aun así nos atendieron con una amabilidad increíble. Lo mejor de todo fue que no tuvimos que esperar casi nada: ¡la comida salió rapidísimo y ya estaba lista! El sabor… uff, espectacular. Tienen un sazón súper especial, como único. Se nota que le ponen cariño a lo que hacen, y además preparan una salsa que le da un toque diferente a todo. De verdad, se siente casero pero con algo que lo hace único. Los trabajadores también hacen que la experiencia sea aún mejor: siempre pendientes, preguntando si todo está bien, si nos gustó la comida, súper atentos y conversadores. Se nota que son muy buenas personas, se siente como estar en casa. Pero lo que más me marcó fue la música. Sonaba merengue viejito del bueno, y por un momento me sentí en Venezuela otra vez. Esa mezcla de buena comida, buen trato y música con alma… no tiene precio. Todo estuvo muy bien. ¡Recomendado!