Bar Molí en Canet de Mar

Un menú impresionante , servicio maravilloso, limpieza, precio, presentación....Muy recomendable.

Menú estupendo, qué bien cocina!!

El menu, tanto el de fin de semana como el intersemanal es espectacular, muy completo y se nota que está hecho con cariño y en casa. La parte que escasea es el trato con el cliente, los dueños de toda la vida han sido asi, tienen ese caracter de pocos amigos y de no tener ningun tipo de trato con el cliente. Tienen la suerte de tener un gran cocinero que hacen que los clientes queramos volver a pesar del trato que recibimos cada vez que nos sentamos en una de sus mesas, porque la sensacion que te llevas es de estar molestando todo el tiempo. Ojalá algun dia lean este tipo de comentarios y ellos mismos decidan retirarse y poner gente a trabajar por ellos, estoy segura que ganarían más, tanto en dinero como en calidad de vida, porque estar siempre con esa actitud tiene que consumirte por dentro.

Cocina casera con encanto marinero Situado a las afueras del centro, en una tranquila zona residencial, Moli ofrece un ambiente relajado y agradable. Su diseño interior evoca la arquitectura de un barco, con una ejecución armoniosa. Ofrecen cocina casera, elaborada con ingredientes de calidad, sin grandes modificaciones. El personal, amable y atento, merece una mención especial, ya que convierte la visita en una experiencia muy agradable.

Comida muy casera, muy buena relación calidad precio y camareros muy simpáticos

La flauta de pan con cereales, atún oliva y pimientos, está delicioso.

Fuimos siete personas a comer el menú dominical. La verdad es que activé un plan B por si acababa haciendo caso a las escasas reseñas negativas. Pero no, opté por los consejos de la gente que había escrito bien sobre el local, la comida y los encargados del servicio. Menos mal... La comida, casera no, muy, muy casera. Felicité no sé cuántas veces a la cocinera, que lleva cocinando desde los albores de la humanidad gastronómica. La chica que nos atendió, un diez. Paciencia tuvo y profesionalidad desbordó. Lo bueno, a parte de la calidad del menú de fin de semana, es que los platos no incluyen suplemento. Lo que hay es lo que puedes pedir, sin miedo y sin miramientos y sin sorpresas finales. A ver, los canelones, de diez. La espalda de cordero, de matrícula de honor. Las croquetas variadas, notable. La ensalada con jamón y mató y miel, sobresaliente El pollo relleno, parece un plato de Navidad buena. El entrecot, cum laude tirando alto. La butifarra con patatas, muy grande y exquisita Las patatas fritas, caseras. Los pimientos del padrón de guarnición, excelentísimos. La tostada con brandada, sencilla y espectacular. El flan de huevo, el mejor que hemos probado en años, mejor incluso que el de mi abuela y el de la abuela de mi abuela. En fin, por menos de treinta euros (26) es un gran y sorpresivo descubrimiento. Yo, y el resto de los que me acompañaron, volveremos a Canet con el pretexto de su modernismo, no, con la excusa de la playa del Maresme, tampoco, para visitar el Castillo de Santa Florentina, qué va... Iremos, única y exclusivamente, a comer al Bar Restaurante El Molí. Insisto: la camarera que nos atendió; ¡ESPECTACULAR!

Fuimos siete personas a comer el menú dominical. La verdad es que activé un plan B por si acababa haciendo caso a las escasas reseñas negativas. Pero no, opté por los consejos de la gente que había escrito bien sobre el local, la comida y los encargados del servicio. Menos mal... La comida, casera no, muy, muy casera. Felicité no sé cuántas veces a la cocinera, que lleva cocinando desde los albores de la humanidad gastronómica. La chica que nos atendió, un diez. Paciencia tuvo y profesionalidad desbordó. Lo bueno, a parte de la calidad del menú de fin de semana, es que los platos no incluyen suplemento. Lo que hay es lo que puedes pedir, sin miedo y sin miramientos y sin sorpresas finales. A ver, los canelones, de diez. La espalda de cordero, de matrícula de honor. Las croquetas variadas, notable. La ensalada con jamón y mató y miel, sobresaliente El pollo relleno, parece un plato de Navidad buena. El entrecot, cum laude tirando alto. La butifarra con patatas, muy grande y exquisita Las patatas fritas, caseras. Los pimientos del padrón de guarnición, excelentísimos. La tostada con brandada, sencilla y espectacular. El flan de huevo, el mejor que hemos probado en años, mejor incluso que el de mi abuela y el de la abuela de mi abuela. En fin, por menos de treinta euros (26) es un gran y sorpresivo descubrimiento. Yo, y el resto de los que me acompañaron, volveremos a Canet con el pretexto de su modernismo, no, con la excusa de la playa del Maresme, tampoco, para visitar el Castillo de Santa Florentina, qué va... Iremos, única y exclusivamente, a comer al Bar Restaurante El Molí. Insisto: la camarera que nos atendió; ¡ESPECTACULAR!

Buena comida. Todo es muy sabroso. Personal muy amable.

Somos clientes habituales. Felicidades a todos porque la comida es buenísima y la atención siempre muy amables.