Bar los Caballos S.L. en Álora

Genial todo! El personal y la comida, no creo que comamos una Gilda mejor nunca!!!

Se trata de una finca con diferentes ambientes, un entorno relajado, familiar y cómodo. Cuenta con chimenea, reservados, zona de terraza... La atención es buena, el dueño se encuentra atento a todo. La comida buena, con calidad y buena presentación, los platos con cantidad adecuada. Solo recomendar que no pongan las copas de vino servidas ya a la mesa, son detalles que hay que cuidar. Bajo reserva anticipada se puede montar a caballo y visitar animales.

Hemos estado súper a gusto y todo riquísimo. Es una alegría poder contar con restaurantes de este estilo en los que puedas acceder con perros, sobre todo ahora que hace más frío y comer en terraza se hace más difícil.

Nuestra visita a La Vereda tuvo dos caras muy distintas. Por un lado, el Restaurante es absolutamente recomendable y nos encantò.La comida estaba muy rica y el personal de sala fue en todo momento muy amable y atento. Un 5/5 para el servicio y la calidad de la comida. Sin embargo, la experiencia con el Centro Ecuestre (ruta a caballo) fue muy decepcionante y, lo que es más grave, generó preocupación por la seguridad de los niños y no nos sentimos nada cómodos....fue bastante desagradable. Contratamos una hora de ruta para pasear por el campo con niños pequeños (8, 9, y 6 años). El guía fue extremadamente borde y mostró una actitud de total indiferencia, ni siquiera se dirigió a los niños. Cuando un niño le preguntó algo básico sobre cómo coger las riendas durante el paseo, su respuesta fue 'pues te lo he explicado antes', sin ofrecer ayuda y totalmente cortante. Un niño iba montado en una yegua más lenta y se quedaba constantemente descolgado del grupo. A pesar de que le pedimos varias veces que parara, que se pusiera él detrás con el niño o que permitiera al niño ir en medio, hizo caso omiso. En lugar de ayudar, le pidió a la madre que se fuera con su propio caballo atrás. Lo peor fue cuando, al descolgarse, la yegua del niño se asustó con el caballo de la mamá y salió trotando con el niño y al guía pareció no importarle en absoluto, ya que siguió la ruta mirando su móvil. Lo único que dijo fue: es que no sabe llevarla... Finalmente, al regresar y después de comer salimos fuera , cerca de las cuadras,y de repente el mismo guía abrió las puertas y soltó dos caballos que salieron galopando justo por la zona donde estábamos los niños y los adultos, incluyendo una niña de dos años. Cuando le señalé la imprudencia y el peligro que eso suponía (soltar caballos sin mirar si hay personas cerca), simplemente se rió y se fue. Obviamente lo hablamos con el personal del restaurante. En resumen: El restaurante y su personal son fantásticos, pero el trato y la falta de profesionalidad y seguridad del guía de la ruta a caballo es inaceptable, especialmente cuando se trabaja con niños. Espero que la gerencia tome medidas, ya que pone en riesgo la reputación y, lo que es más importante, la seguridad de sus clientes. No volveremos a contratar rutas ecuestres aquí.

Hemos comido estupendamente, unos platos muy ricos y un cachopo enorme. No sé si fue porque estábamos solos como clientes a mediodía pero tuvimos que andar pendientes para pedir, falta de atención. En cuanto al postre, que pedimos tarta tatin, les recomiendo que miren la receta original para poder denominar a un postre así.

La atención y comida de 10, el lugar bellísimo. Muy buen plan para pasar un día diferente

En restaurante una pasada la ubicación, el entorno todo espectacular.La comida no estaba mal, pero si me enfado por qué había un camarero que hacía lo que le daba la gana y se enfada con algunos de los que estábamos allí. Creo que puede ser que tenga un mal día, pero cuando estás de cara al público sabes a lo que te has espones.Menos mal que terminaron de atender una chicas majísimas y muy amables.

Estuvimos ayer éramos 7 y salimos todos súper contentos, la comida estaba riquísima y el trato excelente. Lo recomendaremos siempre.

Un sitio con mucho encanto y muy acogedor. Te hace sentir que estás en casa. El entorno, los animales, todo muy cuidado. y la comida espectacular, además con muchos opciones para celiacos y otras intolerancias. Desde luego repetiremos.

Es uno de los mejores restaurantes en los que he estado de toda mi vida. Gran calidad en los alimentos, sin duda las gildas son de lo mejor que he probado, pero todo lo que pedimos estaba espectacular. Y que decir del lugar, es precioso y relajante. Todo un 10 para mí.