Muy buen bar para almorzar, ha sido una grata sorpresa. Es un bar de almuerzos de verdad, no de los de Instagram de almuerzos con sabores y mezclas random, que te cobran un riñón.
Bocadillos de los de siempre, correctos, bien de tamaño, con olivas y cacaos. El café estaba bueno. Y el precio es muy adecuado, 6 euros, que es lo que debe costar un almuerzo.