Pasábamos de camino sin intención de quedarnos a comer, pero al pasar por la plaza nos aconsejaron gente del pueblo que viniéramos a comer aquí y la verdad que muy bien, las camareras son puro nervio sobretodo la chica rubia que nos atendió un 10! Y la comida abundante, casera y muy rica.
Tienen menú y varios platos a escoger, te entra primero, segundo, postre o café agua y pan. Nosotros vinimos dos personas un miércoles y nos costó el menú + cafés 26€