Bar Garlochí en Sevilla

Una joya secreta. Un lugar absolutamente precioso para tomar una cerveza.

Inquietante pero muy particular, merece la pena visitarlo.

Nos ha gustado mucho a excepción del olor a incienso al entrar

Siempre es un placer tomar algo allí con los amigos. Un lugar con mucha tradición y carisma

Un clásico sevillano. La experiencia merece la pena y el premium por las bebidas.

Fue ayer domingo y hoy lunes, ambos días dice que abre a las 21, pero nada. Hoy un vecino me dijo que abrían a las 22, fui a dar una vuelta y volví, estaba abierto, es un bar muy distinto, con figuras religiosas y demás, muy bien decorado, pero se caen feo en qué solo puedes pagar con efectivo, quien anda con eso hoy en día!!! Luego, para un trago que solo lleva granadina, espumante, tremendos hielos y algo más 8€? Fue bueno conocerlos, pero esperaba mucho más de este bar.

Única en su tipo, Sangue de Cristo muy buena.....top

El Bar Garlochí es una experiencia verdaderamente única y surrealista, como adentrarse en una escena de la Santa Sangre de Alejandro Jodorowsky. Es teatral, excesivo, religioso, barroco y descaradamente sangriento. Las paredes rebosan de iconografía católica, los santos te miran desde altares dorados y cada vela parece encendida con febril devoción. No es solo un bar: es un santuario, un sueño febril, una alucinación en terciopelo e incienso. Pedí el cóctel de la casa: "La Sangre de Cristo", y esa sangre era muy dulce y embriagadora.

Este lugar es una visita obligada por su ambiente y decoración original. El servicio es amable. Solo se acepta pago en efectivo. La bebida imprescindible es el Sangre de Cristo, una mezcla de granadina y vino espumoso barato... mejor no. No he probado ninguna otra bebida, que espero sea mejor que el Sangre de Cristo.

¡Un bar con mucho ambiente en el corazón de Sevilla para todos los ateos!)