Bar El Molino en Pamplona

5,3

Basado en 259 opiniones encontradas en 2 webs


tendencia

580
De 995
en Pamplona

Los clientes comentan sus platos de...

tortilla pinchos patata frito

El restaurante

Ven a este restaurante después de ver Pamplona, lo encontrarás en la ciudad de Pamplona, es muy fácil llegar a este restaurante ya que su ubicación es muy buena.

La carta es bastante amplia, los críticos opinan que la cocina es muy buena.

Sus platos, ambiente y servicio ha hecho que tenga una puntuación de 7.19, te sorprenderá gratamente los precios de este lugar, sus precios no son elevados y su comida lo merece, el restaurante te pone facilidades para pagar, tanto en efectivo como en tarjeta o tickets restaurante.

Te recomendamos reservar con antelación.

Su decoración es interesante y el ambiente distendido, es el restaurante de moda de las familias, vas a llevarte un buen recuerdo de este restaurante.

Sabemos que pasarás una velada maravillosa gracias a su puntuación de 7.19 quetiene el restaurante, en gastroranking tenemos una breve selección de fotos para que veas cómo son sus platos.

Horario
  • lunes: 9:00-23:00
  • martes: 9:00-23:00
  • miércoles: 9:00-23:00
  • jueves: 9:00-23:00
  • viernes: 9:00-16:00, 18:30-23:30
  • sábado: 10:00-16:00, 18:30-23:30
  • domingo: Cerrado

Puntuación y opiniones

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Cafetería Sonia

08/09/2025: Cuando piensas que ya no pueden sacar más el nepe, van y se sacan el alma entera rebozada. Nuevo frito de huevo relleno con bechamel. Una bomba calórica que debería venir con testamento y ambulancia. Lo pedimos mientras sonaba Flying Free como si estuviéramos en una discoteca ilegal de 1998. A las once de la mañana. Un martes. Qué clase de personas somos. Poco se habla del señor de gafas que está soldado a la tragaperras. Da igual cuándo vengas: siempre está ahí, perdiendo dinero y parte del alma. Creemos que duerme en el almacén y se alimenta de tristeza líquida. Los pintxos están mejor que en La Bella Época, lo cual tampoco es difícil. Hay más variedad, más velocidad y menos sensación de funeral. De vez en cuando sacan bocatas nuevos, como si el chef tuviera delirios creativos. El otro día Iñigo mordió algo que claramente no era comestible. Nunca se supo qué era. Posiblemente parte del edificio. Y sí, algo pasa con la ventilación. Volvemos a la sala de CCS oliendo como si hubiéramos pasado la mañana friendo órganos. Cristina lo huele antes de que entremos. Pero seguimos viniendo. Porque el Sonia’s no es un bar. Es un estilo de vida que huele a fritanga y decisiones dudosas.

Cómo llegar al restaurante

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