Bar Castillo en Priego de Córdoba

Desde que han cambiado de dueño ha habido una mejora considerable en el local, la comida está buenísima (las patatas bravas, el solomillo relleno de 10, los buñuelos...) y el servicio es súper amable. La relación calidad precio es excelente y las copas están a muy buen precio. Cada vez que voy a Priego es para obligatoria

increible todo. Cada vez que pase por Priego allí ire sin duda.

Con una de las mejores terrazas de Priego, situada junto a uno de los lienzos del castillo (de donde toma su nombre) y en pleno centro histórico de Priego, puedes encontrar este rincón gastronómico con algunos platos en su carta de gran categoría. Tenía ganas de visitarlo tras el cambio de dirección que ha tenido y la verdad, la sorpresa ha sido bastante agradable. De su carta pedimos unas patatas bravas (de lo mejorcito que he probado en los alrededores), croquetas de rabo de toro, (con una original salsa de ajo negro en sustitución de la tradicional mahonesa), medallones, carrillada ibérica (para mi gusto le sobraban las hierbas aromáticas), solomillo relleno y para mi, el plato estrella: el bacalao confitado (menuda delicatessen). Todos los platos iban con una guarnición de patatas fritas naturales (muy de agradecer en estos tiempos en los que imperan las pre congeladas) y algunos platos, además, con una brocheta de verduras. En relación a los postres, nos pedimos los tres que tienen en la carta (tarta de queso de cabra, leche horneada y coulant de chocolate) y sinceramente, hacía tiempo que no había probado nada tan rico y original como la tarta de queso de cabra; sencillamente exquisita. En resumen, una agradable sorpresa, con el descubrimiento de dos tapas: las patatas bravas y el bacalao confitado, que van a dar que hablar, junto a esa tarta de queso de cabra cuya receta deberían patentar. Así que si pasas por Priego, en Bar Castillo, tienes una parada obligada. P.D. Nos quedamos con ganas de probar la pastela mozárabe y los buñuelos de bacalao, así que amenazamos con volver...