Son un amor, una familia encantadora y los mejores caracoles de Sevilla. Ahora que ya no hay caracoles, habrá que buscar un nuevo atractivo pero seguiremos yendo porque es trato es genial.
Al entrar en Casa Protasio, uno es recibido por el aroma de guisos caseros y el bullicio característico de las tabernas sevillanas. Las paredes, adornadas con azulejos que narran la historia de la ciudad, son el telón de fondo perfecto para disfrutar de una tapa de caracoles o una ración de sangre encebollada, recetas que han perdurado gracias a la dedicación de la familia Verdugo.
No solo ofrece una experiencia culinaria, sino también un viaje por la historia y cultura de Sevilla. Es un lugar imprescindible para aquellos que buscan conectar con la autenticidad de la ciudad y disfrutar de la gastronomía con alma.
Si te encuentras en Sevilla, haz una parada en Casa Protasio. No solo te llevarás el sabor de sus platos, sino también un pedazo de la historia sevillana.