Bar Casa Mari en Cabranes

Comida casera muy buena, la tarta de queso casera estaba deliciosa. Los dueños son encantadores y simpáticos.

Bar pequeñito, pero con un dueño muy simpático y una comida espectacular. Raciones abundantes y muy buen precio.

Buena gente, amabilidad absoluta, comida 100% casera, rica y abundante. Todo ello dentro de un paraje sin igual.

Nos encantó este restaurante, típico de la región, con un ambiente muy familiar. Un verdadero lugar de vida de pueblo, muchos residentes se reúnen allí por la noche para tomar una copa. En cuanto al restaurante, se trata de una pequeña sala muy cálida donde le recibe el propietario, que es sencillamente encantador, muy afable y lleno de humor. Probamos el cachopo además del bonito, cocinado a la plancha, ¡una auténtica delicia! No dudes en desviarte si este pequeño restaurante no está en tu ruta, ¡no te decepcionarás! Productos frescos y cocina casera garantizados.

Comida de calidad,casera y muy rica. Muy buen servicio y muy atentos Mary y José. Recomendable 100%.

Agradable, familiar, excelente comida.... una casa de comidas de toda la vida

Hemos pasado una hermosa estadía en Arboleya y disfrutado de las deliciosas comidas de Mari. Todo espectacular, el mejor cachopo, las croquetas, los chipirones encebollados y el sin igual arroz con leche. Todo de primera. Mari y José unas personas amabilísimas. Sin lugar a dudas volveríamos.

Nos alojamos en Arboleya y nos habían comentado de Casa Mari. El cachopo es el mejor que he probado. El arroz con leche es sublime. Estaba tan bueno que repetimos el día antes de volver a Madrid. La atención de Mari y Jose es muy buena, muy serviciales. Sin dudas cuando estemos por la zona, volveremos.

No le pongo más estrellas porque no hay. Si lo que buscas es comida tradicional y artesana este es tu sitio. Comimos croquetas (como las que hace tu abuela) y cachopo (el mejor que me he comido en mi vida), de postre arroz con leche, súper cremoso y con una capa de caramelo súper crujiente. La atención también excepcional, nos dieron a probar queso cabrales que lo tienen como postre y me gusta el café solo cortado con crema de orujo, directamente me pusieron la botella para que me sirviese al gusto. Encima me invitaron al café. El precio, 34 euros en total para dos personas. Es de los sitios que sales tan contento que dejar propina es algo éticamente obligatorio. Gracias y repetiremos.

Jose te hace sentir en casa. La comida casera increíble. Sitio con encanto. Recomendable