Baltazar Bar & Grill en Estepona

Si el dinero no es un objeto y necesitas comer, entonces ve a por él. Vivimos a 10 minutos y hemos estado en Spiler y tuvimos una gran noche. Esperábamos similar de Baltazar, pero estábamos MUY decepcionados. Nos dieron la peor mesa en un restaurante casi vacío - por la cocina abierta. Spiler hace un gran menú vegano y en realidad llamamos para comprobar que opciones veganas estarían disponibles. Vimos el menú vegano Spiler, pero fue rápidamente batido. Prácticamente no hay opciones - ensalada habitual ofrecida! Las bebidas tardaron más de 30 minutos en llegar y el agua más de una hora. Los arrancadores estaban bien, pero la red estaba mal. El risotto de champiñón era soso y parecía anémico. El filete de costilla parecía estar preformado y la salsa de trufa no era comestible. Las hamburguesas estaban bien como las patatas fritas. La fregola sarda carecía de mariscos y la pasta era horrible. El restaurante no tenía ambiente - más como un up - cantina de mercado. Éramos 6 y la factura era de 500 euros. Estábamos contentos de pasar esto y más, pero salimos después de la red, ya que solo queríamos ir a casa. Esto se enorgullece de sí mismo como un top 5 * hotel - el hotel puede ser genial, pero mantenerse alejado de este restaurante.

Siendo vecinos de Estepona, en estas fechas es de "obligado cumplimiento" venir a comer a este fantástico restaurante del Hotel Kempinski y disfrutar de una maravillosa carta gastronómica. Empezamos por unas tostas de jamón, ensalada de tomate cherry con queso, pizza con setas y trufas y un risotto; de postre un surtido a elección del restaurante con especialidad de la casa, el que más nos gustó ha sido la tarta de chocolate rellena de naranja, aunque la tarta de queso tradicional, la de queso Baltazar y la pirámide de Oreo también ha hecho que nos chupáramos los dedos. Todo ello regado con unas botellas de cava bien frío ha sido un día inmejorable. Hay que hacer una mención muy especial a todo el personal que nos han atendido, a cada cual más dispuesto a que nuestra estancia fuese inolvidable, en especial a Kiwi que nos ha hecho de fotógrafa improvisada y nos ha dejado un montón de fotos para recordar este día.