ASADOR DE LA VILLA EL GRANERO en Medinaceli

Más tirando al 4 que al 5, pero recomendable igualmente... Las migas genial y la decoración muy chula. Quizás probaría otros en mi próxima visita.

Gracias Noelia y el resto del equipo, ha sido una comida espectacular. La mejor tarta de queso del mundo.!!

Si tienes pensado parar en Medinaceli para ver este encantador pueblo y no sabes donde comer...éste es el sitio donde debes comer. Aparcas en la carretera nada más entrar al subir al pueblo y paseas entre sus calles, hasta que llegues a este restaurante. Te ubicaran en la parte de arriba, un acogedor salón donde se respira tradición. Nosotros nos dejamos recomendar por Noelia. No se equivocó en absoluto. Eramos 2 personas. Pedimos para empezar unos niscalos (fuera de Carta) y unos judiones a compartir. Y de principal nos recomendó el asado de lechal,acompañado de un Plato con patatas y otro con ensalada...riquísimo. La cantidad es abundante pero con la recomendacion fue perfecto. Finalmente de postre una tarta de manzana impresionante.

Toda una sorpresa. Nos dejamos aconsejar por las personas que nos atendieron y fue todo un acierto: asado de cordero, níscalos (¡qué delicia de salsa!) y tarta de manzana. Bravo, bravo y bravo.

Un lechazo muy muy rico y unos níscalos como entrante, buenísimos. De los postres solo puedo decir que estaban deliciosos.

Fuimos un grupo de amigos a probar este asador, del cuál nos fuimos sin ganas de repetir. Los precios eran desorbitados para la calidad de comida que nos sirvieron. En general, los platos no eran gran cosa. Las migas estaban revenidas, los puerros sin más... Pero lo peor de todo, fue que nos cobraran 114 euros por 2 cuartos de cordero... Parecía que había sobrado de otra mesa y lo hubieran pasado por brasa de nuevo, ya que estaba de lo más seco, siendo de las carnes más jugosas que hay... No repetiría.

Excelente ,comimos el menú asado,muy bueno y un servicio muy correcto.

Todo lo que comimos estaba de diez. Las migas buenísimas. Las croquetas muy cremosas. El cordero de los mejores que hemos comido. Las patatas que venían con el cordero eran un espectáculo. El helado de mantequilla suave y sabroso. Y hasta el aguardiente estaba bueno. De fondo música instrumental muy agradable. Las raciones abundantes. El comedor acogedor, luminoso y espacioso. Y el servicio muy amable. Enhorabuena, un díez.

Recomendable 100% comida esquisita. La decoración te hace recordar tiempos pasados. Tomamos unas migas y sopa castellana y de plato principal cuartos de lechazo, todo exquisito. En el postre tomamos melocotón asado, y tartaleta de manzada. Todo estaba riquisimo. Volveremos por que fue en 10 tanto el servicio, como la comida y el restaurante es muy bonito.

Todo con una calidad delicatessen y muy buena atención. Es mejor reservar