Arroceria Ballena en Rota

El único pero que le pondría es el precio, pero vamos igualmente se come de escándalo y un servicio y ambientes maravillosos. Ha sido un placer comer allí.

Uno de los mejores servicios que tengo en España hasta el momento. Precios amables, rápidos, deliciosos y razonables.

Fuimos recibidos muy amablemente. De entrante comimos croquetas de calamares que estaban riquísimas, rollitos recién horneados y unas aceitunas riquísimas. Como plato principal Paella mixta ciega, SÚPER DELICIOSA, sabrosa y fresca. Servicio muy agradable! ¡Muy recomendado!

La calidad precio de lo que comimos no podría ser mejor. La ensalada César de entrada para compartir estuvo buena. El plato principal Brocheta de solomillo iberico fue decepcionante. Me encanta la carne y esperaba más de esto. 2 brochetas pequeñas con poca y nada tierna carne.

Buen sitio, solucionan rápido si hay algún error con la comida. La comida estaba realmente buena.

Buenísima idea incluir 3 restaurantes diferentes con una oferta tan amplia en una zona como playaballena. Descubrimos tarde el sitio pero sin duda repetiremos. La comida está muy buena y el trato por parte del todo el personal es buenísimo. Los nachos estaban INCREÍBLES.

Muy buen descubrimiento; hemos pedido el arroz a casa. A la hora solicitada exactamente, venía la paellera dentro de una cajita estilo pizza. muy bien presentada, muy bien de cantidad y en su punto. Repetiremos seguro.

la comida muy buena,un poco caro todo y las camareras muy amables aunque tuvimos que pedir dos veces la cuenta porque se les olvidaba

Diez años después, volvimos a la misma arrocería que descubrimos hace una década en la encantadora Costa Ballena, y la experiencia no podría haber sido más gratificante. Esta arrocería, regentada por una familia de verdaderos profesionales, ha mantenido su reputación intacta y, sin duda, se ha consolidado como un referente en la zona. El primer aspecto que se destaca al entrar es el ambiente acogedor y familiar que no ha cambiado con el tiempo. La atención al cliente es excepcional, con un trato exquisito que te hace sentir como en casa desde el primer momento. La dedicación y el cariño con el que esta familia lleva su negocio se perciben en cada detalle del servicio, siempre atentos y con una amabilidad genuina que convierte la experiencia en algo memorable. Los arroces son, sin lugar a dudas, el corazón de este restaurante y, después de una década, siguen siendo los mejores de Costa Ballena. Optamos por su famoso arroz negro, una delicia que combina la sepia y las gambas con un punto de cocción impecable. El menú ofrece una selección variada de pescados y carnes que destacan por su calidad. El pescado, fresco y bien tratado, mantiene todos los matices de sabor que el mar puede ofrecer. Las carnes, tiernas y jugosas, demuestran el esmero en la selección de los productos. Es evidente que la familia propietaria pone gran cuidado en la elección de sus proveedores, garantizando siempre la máxima frescura y calidad. Los postres caseros son la culminación perfecta de esta experiencia culinaria. En especial, el tiramisú, que destaca por su equilibrio entre dulzura y textura, y que deja una sensación de auténtico placer en el paladar. Es el toque final que cierra de manera sublime una comida excepcional. La carta de vinos es aceptable y cumple bien su función de acompañar los platos, aunque podría beneficiarse de una mayor variedad. No obstante, los vinos disponibles son de buena calidad y complementan adecuadamente la oferta gastronómica del restaurante. Volver a esta arrocería después de diez años ha sido un reencuentro maravilloso con sabores que habían quedado en el recuerdo y que han demostrado ser aún mejores con el tiempo. La combinación de un trato exquisito, productos de primera y una ejecución culinaria impecable hacen de esta arrocería un lugar al que siempre se quiere regresar. ¡Salud por otros diez años de deliciosos reencuentros!

El sitio está muy bien. Lo encontramos en un pequeño centro comercial a la entrada de Costa ballena y no nos defraudó. Comimos allí un par de veces, si bien es cierto que no comimos mal la primera vez (pedimos unas brochetas), la segunda fue incluso mejor ya que pedimos un arroz al convento ( con verduras) que tenía un sabor excepcional. No es muy caro y para comer un arroz está muy bien, pero lo mejor es el trato, sin ninguna duda.