Bar-restaurante situado en el centro neurálgico de Eibar, tiene una terraza exterior cubierta y un amplio bar interior con mesas y una barra generosa en la planta baja. En la planta superior tiene restaurante con dos salas, las mesas son lo suficientemente grandes para una cómoda comida. El servicio es muy atento y sirven bastante rápido. Hasta aquí lo que dije en mi primera reseña. El caso es que hace meses cerraron el restaurante y sólo continuó el bar, han cambiado quienes lo llevan y la verdad es que ha ido a peor. El restaurante abre a las 13:00 y como estuvimos temprano, nos sentamos en la terraza del bar y pedimos unas bebidas y unos pinchos, el mío era de tortilla, la probé y la dejé, probablemente la peor que he probado en mi vida, seca y con un sabor que me hizo pensar, no puedo asegurarlo, que no estaba hecha con huevo, sino con huevina. A las 13:00 subimos a almorzar, el primer plato que nos propusieron era garbanzos y ensalada, cuando pedí ensalada, me dijeron que eran ambas cosas, no una u otra. Sintiéndolo mucho les dije que no quería los garbanzos y al final me llevaron sólo ensaladas, que no estaban mal, mi mujer pidió bacalao y me dijo que estaba correcto, yo pedí costillar de cerdo y tenía más grasa que carne. Lo mejor del menú fue el helado de vainilla, que estaba muy bueno, cremoso y con mucho sabor a vainilla. Pagamos 41,00 €, lo que no está mal para dos menús, pero tampoco es para lanzar cohetes. Lamento decir que al comer han bajado muchos puntos respecto a antes del cierre, espero que mejoren, porque el local lo vale.
Juan Almirall
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19 Junio 2024
6,0