Vine desde los Países Bajos y me detuve en esta hermosa ciudad para descansar un poco y cuando caminaba, noté este hermoso lugar. La gente es muy amable y el servicio es muy amigable, incluso los clientes son muy tranquilos y lo toman en sus mentes. No hay mejor sensación que venir aquí después de un largo recorrido por la ciudad para tomar un sabroso té del norte de Marruecos o para disfrutar de unos platos deliciosos. Realmente recomiendo mucho este lugar.