A Barrola en Santiago de Compostela

Lujoso mantel de lino y excelente servicio. Lo que me atrajo de este restaurante fueron las ostras gallegas, pero lamentablemente esta resultó ser la mayor decepción. Las ostras no fueron descascaradas correctamente. El descascarado consiste en abrir la ostra y luego cortar el "pie" de la ostra del caparazón. Este último proceso no se realizó, por lo que la ostra todavía estaba adherida y tuve que raspar la carne con un tenedor porque mi cuchillo no era adecuado. Esto provocó que partes del caparazón se fragmentaran, por lo que toda la experiencia se volvió algo "crujiente" y menos que deseable. Le planteé mis preocupaciones al camarero, quien luego le explicó que la razón por la cual la ostra todavía está adherida al caparazón es porque separar la ostra del caparazón abriría su estómago y liberaría su contenido. Mi español está bien para conversar pero no para discutir, sin embargo, una tontería es una tontería sin importar en qué idioma se exprese. Siguiendo adelante, las zamburiñas estuvieron excepcionales. Estaban adornados con durazno y cebolla picados; que rica combinación. El final fueron las almejas con espaguetis. Estaba bien preparado, sabroso pero aburrido; Creo que las zamburiñas me mimaron el paladar. En general, fue una experiencia positiva, buen servicio y buena comida. Sin embargo, a 42 euros por seis ostras, será mejor que te asegures de que estén preparadas correctamente.

Comida cuidada al detalle, servicio espectacular, camarero super atento y muy amable

Servicio impecable. Todo los productos son muy frescos. El pulpo cumple pero no es el mejor que hemos comido, la cola de langostinos al ajillo fueron quizá lo mejor en nuestra experiencia tanto por sabor como por la ejecución del plato. Nada que destacar de la bandeja de mariscada, es elevado de precio pero por dónde está ubicado el restaurante no nos podemos quejar. Lo que nos ha lastrado un poco la experiencia fueron las ostras “especiales” que no sé qué tenían de especial ya que preguntamos y el camarero amablemente nos trajo un par de piezas de ejemplo (diciendo que eran grandes y carnosas) pero lo que nos llegó fueron piezas más bien pequeñas y muy mal abiertas, en el sentido de que en las ostras había bastantes trazas pequeñas de la cocha y fueron muy incómodas de comer (deberían de cambiar la forma de abrirlas o tener más cuidado). He sido más exigente con las ostras porque no eran baratas, 8€ la unidad o 42€ la docena y hemos comido mejores ostras por 3-4€ la unidad. Por lo general y quitando las ostras, recomiendo mucho el sitio ya que el servicio es muy bueno y se les ve coordinados con la cocina.

Comer se come bien, pero he echado de menos la gracia y he echado de más lo aséptico del servicio. Que menos que contarte un miserable chiste cuando te traen la cuenta. Bueno, ya sabes, la comida perfecta, lo que viene con ella muy mejorable.

El Restaurante Marisquería A Barrola, se encuentra en la Rúa do Franco de la población de Santiago de Compostela. Es de los que tiene una mejor apariencia externa de los muchos establecimientos gastronómicos que se encuentran en la siempre concurrida Rúa do Franco. Iniciamos la comida con un sabroso pulpo y la proseguimos con una mariscada. En resumen, un buen lugar para degustar una rica comida en Santiago. La única critica de este establecimiento la encontramos en su bodega, ya que primero pedimos el albariño "Terras Gauda" de la zona de O Rosal (un magnífico mestizaje de albariño, caiño y laureiro) y luego el albariño del Val do Salnés "Martín Códax" y no tenían ninguno de los dos, cuando son vinos que se encuentran con gran facilidad en cualquier establecimiento. Nos sirvieron el albariño "Castiñeira" que es bastante normalito y de menor calidad de los que habíamos solicitado.

Cenamos la noche de viernes 22 de noviembre, 4 personas,cena riquísima, buen ambiente, personal educado.Lo que no nos ha gustado es que a diferencia de otras mesas que seguro conocían a los comensales,a nosotros no nos han obsequiado con un chupito de cortesia que ofrecían al resto de comensales, se lo hemos hecho a saber al responsable de comedor,porque era muy evidente que como turistas no teníamos esa "gracia "Seguro por "eso"no volvería a ese sitio. Seguro no hubieramos tomado nada,pero la falta de cortesía fue evidente

Restaurante cèntrico. Buen producto y buen servicio. Pedimos unas almejas, la merluza y el chuleton. De Postre pedimos queso con membrillo. Todo estaba buenisimo.

Llevamos más de 25 años yendo a comer o cenar casa vez que visitamos Santiago de Compostela. Producto de primera calidad, pero en nuestra última visita hemos apreciado los recortes. Si vas a comer un arroz y pides una entradiña y pan, te ponen una tapa de la casa, pero si vas a tomar solo un arroz y no quieres pan, te dejan sin la tapita!!!!!!! En un restaurante de este nivel, no deberían escatimar hasta ese punto!!!!! Nosotros habíamos tomado el aperitivo y solo queríamos un arroz rico y una botella de alvariño!!!!!!

Gran amabilidad por parte del servicio de camareros. mi idea en un principio era comer un rodaballo salvaje, pero no había de un tamaño pequeño y entonces me ofrecieron un San Martín de un kilo 149, el pescado estaba espectacular, como entrante, pedí pulpo a Feira con pimentón de la Vera, que estaba también muy rico yen su punto, para acompañar los platos pedí un Alvariño rías, Baixas, Martin Codax, también muy bueno y de postre, me ofrecieron varios y me canté por la tarta de cinco quesos que estaba espectacular. También con una acompañamiento de fresas y arándanos y tierra de galleta, terminé con un descafeinado con leche, hielo sacarina, para mí la comida fue perfecta. El único pero que puedo poner es que creo que quizá resulte un pelín desequilibrado la relación calidad precio, pero un día es un día, besos y os dejo fotos.

Buen servicio, excelente ubicación, un lugar tranquilos y elegante, la comida muy buena aunque un poco cara , pero la verdad si esta recomendable