5 S en Sant Llorenç des Cardassar

Magnífico. Un oasis escondido. Muy remoto, lo que le da aún más atractivo. Personal muy amable, conocedor y simpático.

Un remanso de paz en una finca reformada. Personal amable y acogedor, deliciosa comida y vinos, y fabulosos espacios en los jardines y junto a la piscina para relajarse y desconectar. ¡Somos visitantes habituales!

Estuvimos una noche únicamente y nos faltaron muchas más. Nos encanta ir a agroturismos en Mallorca y este es uno de los más bonitos en los que hemos estado. Todo cuidado al detalle, el servicio súper atento, la limpieza de las habitaciones impecable, el desayuno y la cena también muy ricos pero para nosotros lo más importante fue la tranquilidad que se respira. Lo recomendamos muchísimo. Volveremos 🤍

12/10. Tranquilidad, estilo y mucho cariño Elegimos este hotel a propósito. Nos atrajo su tranquilo estilo de finca y el reducido número de habitaciones. Y eso fue exactamente lo que encontramos: pura relajación en un complejo de una belleza fantástica. Disfrutamos de una villa de lujo con piscina privada. Absolutamente acogedora, suficientemente amplia y con una fantástica vista a la piscina privada a lo lejos. Tuvimos sol desde primera hora de la mañana hasta la noche. Ideal para quienes simplemente quieran relajarse en paz. Todo el equipo fue cálido, atento y muy discreto en todo momento. El personal de recepción, restaurante y limpieza: todo excelente. Te sientes como en casa desde el primer momento. 100% de satisfacción. Teníamos media pensión. Por la noche, podíamos elegir a la carta: entrante, plato principal y postre. Todo lo que comimos (incluyendo las recomendaciones del hotel) estuvo riquísimo. ¿El desayuno? De primera. Las tostadas francesas fueron un punto culminante. No usamos la gran piscina comunitaria con sus elegantes tumbonas. Pero parecía muy acogedora. Pudimos cargar nuestro coche eléctrico gratis directamente en el aparcamiento del hotel. Una verdadera ventaja. Todo el complejo está impecablemente cuidado y es elegante. Ofrece mucha privacidad y tranquilidad. Salvo a la hora de comer, apenas se nota que estás en un hotel. Es justo el equilibrio entre tranquilidad y comodidad que buscábamos. Si hubiera algo que mejorar, quizás sería el pequeño gimnasio. Sería deseable un equipamiento un poco más moderno. Pero eso es quejarse en exceso. Para nosotros, fue un 12 sobre 10 y sin duda volveremos.

Todo es simplemente fantástico. Está muy limpio y bien cuidado. Todos son muy amables y simpáticos. ¡Un paraíso terrenal! :) Esta fue nuestra segunda visita. Tuvimos una villa con piscina, una villa y la Suite Aina.

Son Penya es sin duda una joya escondida para desconectar del estrés diario. Un paisaje espectacular y mucha tranquilidad, justo lo que buscábamos. Las habitaciones son increíbles, espaciosas y lujosas, y la piscina privada era simplemente excepcional. El desayuno también estuvo genial, con ingredientes frescos y una gran variedad de huevos (incluidos los benedictinos), perfectos para empezar el día sin estrés. Dedicábamos al menos una hora cada mañana a disfrutar de la comida y las vistas al jardín. La cena también estuvo buenísima; una noche incluso hicimos una cata de vinos. El personal es súper atento y se preocupa por los detalles, justo lo que se espera de una casa así. Nos sentimos muy bien recibidos desde nuestra llegada. El equipo también nos ayudó a organizar excursiones y taxis para la noche. Sin duda, volveremos.

¡Situación pintoresca, exclusividad gracias a algunas habitaciones bastante caras y un equipo muy orientado al servicio! Desde el punto de vista culinario, destaca especialmente el menú del desayuno. Un hotel fantástico para unas vacaciones relajantes con buenas conexiones de transporte. Solo se podría mejorar la comodidad para dormir (muy ruidoso, no se puede oscurecer por completo, camas hundidas).

El Petit Hotel Son Penya es una hermosa joya enclavada en el interior de Mallorca. Ofrece un ambiente tranquilo, sereno y relajante, con preciosos jardines que exhiben la naturaleza y rezuman una paz acorde con su ubicación. El chef no decepciona y el personal es amable, nunca invade la privacidad y ofrece ayuda cuando se le solicita. Las habitaciones están decoradas con arte, especialmente la Gran Villa, donde tuvimos el placer de alojarnos en nuestra segunda visita, pero no la última. Son Penya es un lugar de fácil acceso, pero difícil de dejar. Carole y Peter, Toronto, Canadá.

Espacio, tranquilidad, comidas equilibradas y sabrosas y un personal que hace esfuerzos encomiables por satisfacer a los clientes que no hablan alemán ni inglés. En resumen estuvimos especialmente contentos con nuestra estancia.

El hotel es hermoso, tranquilo y muy bien cuidado. El personal está disponible y atento. Todo estuvo perfecto, volveremos con gusto.