Los mejores restaurantes de cocina tapas en el barrio Canillas de Madrid

10/05/2025: Pésima experiencia. Hemos ido 3 personas, dos hemos pedido 2 menús individuales y otra persona un plato único. Como la persona de plato único probó uno de los menús individuales nos cobraron todo el menú por separado (primero, segundo y postre) porque la persona que había pedido el plato único los había probado. Al decir que nos podrían haber avisado me dice que ya se indica en el menú que es individual…. Me parece un gesto patetico. Igual con el agua, uno de los comensales pidió un vaso de agua y nos dijeron que si o si tenía que ser botella… Han perdido 3 clientes.

08/05/2025: Una experiencia muy desagradable, sobre todo por el trato recibido. Fuimos en el Día de la Madre a este gastrobar asturiano y, desde el principio, la atención fue muy poco profesional. La camarera tuvo una actitud intimidante y constantemente borde. Pedimos la carta y nos dijo que las opciones del menú estaban en ella, pero no coincidían ni aparecían los precios, por lo que era imposible saber cuánto costaba cada cosa. Nos dijeron que no podían traernos más cartas porque no tenían suficientes y teníamos que esperar a que otros clientes las devolvieran. Esperamos más de una hora para empezar a comer. La ensalada capricho era simplemente lechuga, tomate y algo de queso roquefort, sin más. La sidra que nos sirvieron era de supermercado (literalmente de Carrefour), lo que no se corresponde con el precio cobrado ni con lo que se espera de un restaurante que presume de autenticidad asturiana. El menú costaba 26 € sin bebida, algo excesivo para lo que ofrecían. Cuando intentamos revisar la factura, ya nos la habían cobrado, sin darnos opción a comprobar los precios con calma. Al expresar nuestra sorpresa por el precio de la sidra (que sabemos que cuesta 2 € en tienda), la camarera volvió a intervenir de forma agresiva, interrumpiendo nuestra conversación y diciendo que la sidra era cara porque ella la había servido “tan amable y respetuosa”. A partir de ahí, el tono subió, hasta el punto de que el hijo tuvo que intervenir para calmar a la camarera. Además, la cubertería estaba sucia, los vasos no eran de sidra y, en general, la relación calidad-precio deja mucho que desear. Un trato lamentable que empañó un día especial. Y lo peor: al comentar que dejaríamos una reseña, nos respondieron con desdén, diciendo que ya saben cómo responder a “gente como nosotros” y que no les afectan los comentarios negativos porque los buenos clientes sí saben valorarles. Desde luego, no volveremos ni lo recomendamos.