Los mejores restaurantes de cocina tapas en Ribadeo

22/06/2025: Sitio muy recomendable para comer en Ribadeo. Raciones ricas y abundantes. Pedimos enlasada mixta, zamburiñas y chipirones. Los camareros majos y atentos

17/06/2025: Raciones abundantes y un pulpo y pimientos muy buenos, además de una buena atención.

02/07/2025: Estuvimos cenando y pedimos bastantes platos y todo estaba buenísimo. Nos atendieron dos camareros jóvenes encantadores

01/07/2025: El "famoso" Villaronta ya no tiene nada que ver con aquella gloriosa taberna que, antes del incendio que la malogró, servía uno de los mejores pulpos de toda Galicia, además de otras exquisitas tapas. El actual "imperio" Villaronta se ha convertido en una máquina de facturar dejando ya mucho que desear. El bullicioso público foráneo que invade Ribadeo - sobre todo en verano - hace cola para pillar mesa, atraído por la fama de su pulpo. Los camareros, bajo la consigna de darle más y más vueltas a las mesas, atienden sin ningún esmero a la numerosa clientela con la única premisa de despachar comandas a toda velocidad. Es imperdonable que, tras tomarte nota, te sirvan la comida en segundos y se olviden de la bebida, reclamada inutilmente varias veces. La opción es devorar a palo seco o esperar e ingerirla fría. Ejemplo: pimientos de Padrón y ración de pulpo; a los doce segundos ya están en la mesa los pimientos. Imposible freírlos al momento...¿ya fritos y microondas? La ración de pulpo - veinte eurazos - se reduce a una tapa, ¡saliendo el trozo o loncha de pulpo a un par de euros!, con calidad superada por otros establecimientos más humildes de Ribadeo y con más honestidad. Y a todo esto sin bebida. Ah, y cuando se le llama la atención al camarero - "por favor, traiga aunque sea un vaso de agua" - encima se enfada y dice: Tampoco es para ponerse así". Ay, que lástima que negocios tan genuinos se dediquen a medrar a costa de la ignorancia de la invasión turística estival, que hace una excepción a su habitual comida en capings o apartamentos para comer un día en el célebre Villaronta. Conmigo que ya no cuenten más...