Descubre el mejor restaurante con pedidos a domicilio con pedidos para llevar de cocina tapas en Figueres

30/05/2025: ¡Raciones de tapas generosas y muy buenas! Recomiendo las patatas bravas, el pan con tomate y las alcachofas.

24/05/2025: Nuestra experiencia comenzó de forma lamentable. Al llegar, un camarero nos preguntó si preferíamos dentro o fuera. Respondimos que nos daba igual, que nos pusiera donde estuviera disponible antes. Nos dijo que nos prepararía una mesa. Sin embargo, apenas unos minutos después, una pareja que llegó después que nosotros —también sin reserva— fue atendida por el mismo camarero y sentada de inmediato. A nosotros, simplemente, se nos ignoró. Estuvimos más de 15 minutos esperando de pie, sin una sola palabra, sin una explicación, sin que nadie se dignara siquiera a mirarnos. No fue hasta que una camarera, que claramente no nos había visto antes, se percató de la situación y se acercó con amabilidad, que alguien nos atendió. Entonces, el camarero reapareció y nos dijo que lo único que podía ofrecernos eran unos taburetes. Algo que jamás mencionó cuando nos recibió, ni cuando sentó sin problema a la pareja que llegó después. Nos sentimos completamente ninguneados. Invisibilizados. Como si, por tener 25 años, no mereciéramos el mismo trato que otros clientes de más edad. ¿En qué momento se decidió que la edad de un cliente determina la calidad del trato que merece?¿De verdad el respeto solo se concede a partir de cierta edad? No estamos hablando de un simple error, ni de un malentendido puntual. Fue una actitud marcada por el prejuicio y una falta total de profesionalidad. Este tipo de discriminación por edad —sutil, pero frecuente— es real. Y es inaceptable. Lo único que salvó la noche fue la comida, que sinceramente estaba buena. Y, sobre todo, el trato de la camarera joven con gafas, que fue impecable: amable, atenta y profesional. Ojalá nos hubiera recibido ella desde el principio. Por lo demás, una decepción, porque no se trata solo de comer bien, sino de sentirte respetado.