Los mejores restaurantes con terraza de otras cocinas internacionales en Las Palmas de Gran Canaria

23/03/2025: Si estás buscando un lugar que combine ambiente vibrante, buena música y cócteles excepcionales, La Catalina es el sitio perfecto. Este local se ha convertido en un referente de la noche grancanaria, ofreciendo una experiencia única donde la música en directo, la mixología creativa y un ambiente acogedor se fusionan para crear veladas inolvidables. La Catalina tiene un diseño moderno y sofisticado, con un toque industrial que le da un carácter urbano y trendy. La iluminación tenue, los detalles decorativos cuidadosamente seleccionados y la disposición del espacio crean un ambiente íntimo pero animado, ideal tanto para una noche relajada con amigos como para una salida más movida. Su terraza es un punto fuerte con un ambiente fresco que invita a quedarse horas disfrutando de la noche. Uno de los mayores atractivos de La Catalina es su apuesta por la música en directo. El local cuenta con una programacion. Los artistas y bandas que actúan aquí son de alta calidad, y el sonido del local está perfectamente ajustado para disfrutar de cada nota sin perder la posibilidad de conversar. Las noches de música en vivo en La Catalina son una experiencia que conecta a los asistentes con la esencia más auténtica de la noche canaria. La carta de cócteles de La Catalina es una verdadera delicia para los amantes de la mixología. Cada bebida es una obra de arte, elaborada con ingredientes de primera calidad y presentada con un toque creativo que sorprende a los sentidos. Además, su selección de vinos y cervezas artesanales complementa perfectamente la oferta. El personal de La Catalina es otro de sus puntos fuertes. Atentos, amables y con un profundo conocimiento de la coctelería, están siempre dispuestos a recomendar la bebida perfecta para cada ocasión. Su trato cercano y profesional contribuye a que la experiencia sea aún más agradable, haciendo que los clientes se sientan como en casa. La Catalina es mucho más que un simple bar; es un espacio donde la música, los sabores y el buen rollo se unen para crear noches mágicas. Ya sea para disfrutar de un concierto en vivo, para probar cócteles innovadores o simplemente para relajarse en un ambiente único, este lugar es una parada obligatoria en Las Palmas de Gran Canaria. Un sitio que no solo cumple, sino que supera las expectativas, convirtiéndose en un imprescindible para locales y turistas por igual. ¡Una experiencia que no te puedes perder!

04/03/2025: Lugar buenísimo para salir con pareja y amigos a bailar y beber tranquilo! El tipo de personas que va a el lugar son muy buenas el que entra aquí es a disfrutar la noche! La música es súper exelente!

04/05/2025: Una visita al restaurante Balalaika resultó ser una decepción total. A pesar de que se supone que el restaurante está abierto hasta las 23:00, a las 21:40 nos dijeron que la cocina dejaría de recibir pedidos en cinco minutos. El interior está estancado en un estilo total de los años 80, sin ni siquiera un atisbo de cultura rusa. El comedor estaba sospechosamente vacío para ser un sábado por la noche, pero mis amigos eslavos y yo decidimos darle una oportunidad a este antro (simplemente no me atrevo a llamarlo “restaurante”). El servicio dejó mucho que desear: nos sentimos como huéspedes no deseados desde el momento en que entramos. Pedimos platos tradicionales eslavos: borscht, pelmeni y blini con nata y miel. El borscht resultó ser la peor interpretación de la cocina rusa que he conocido. Tenía un extraño sabor a clavo, completamente inapropiado para este plato. El caldo era demasiado ácido y carecía de ingredientes esenciales como patatas, repollo y grasa de cerdo, lo que sólo empeoraba el sabor. La presentación también se diferencia de la clásica: el borscht se sirve normalmente con pampushki de ajo o rebanadas de pan negro con manteca de cerdo. Aquí no había nada de eso. Un caldo aguado con pequeños trozos de carne duros enterró cualquier posibilidad de que este plato tuviera una crítica positiva. Los pelmeni no eran mejores. La masa estaba demasiado cocida, la carne dura y cubierta con pimienta. La crema agria servida estaba crujiente por encima y tenía mal sabor y olor, lo que sugiere malas prácticas de almacenamiento en la cocina, lo que provoca que los ingredientes se echen a perder y se degraden. El blini, uno de los platos más sencillos y queridos de la cocina eslava, debería ser casi imposible de arruinar. ¡Sin embargo, de alguna manera lo lograron! Los blini eran viejos, secos y tenían olores extraños y desagradables. Normalmente, los blini se preparan recién hechos, pero aquí parecía que habían estado ahí durante días, convirtiéndolos en trozos de masa gomosa no comestibles. La crema que les servían sabía a producto barato comprado en una tienda, aceptable para un puesto de comida callejera, pero no para un restaurante que cobra precios tan altos. Al final, lo único que te queda es una amarga decepción y la sensación de haber sido estafado. Un baño sucio, cucarachas y el hedor a comida podrida que sale de la cocina te dejarán con una experiencia inolvidable que estarás ansioso por compartir, aunque sólo como advertencia para los demás. ¡Recomendaré este lugar exclusivamente a las personas que no me agradan! Para colmo, la factura final incluía un desconcertante impuesto del 6,5% añadido al total, que no se mencionaba en ninguna parte del menú. Incluso mi estómago, que normalmente puede soportar clavos y piedras, capituló ante el arma bacteriológica secreta que nos sirvieron en Balalaika, dejándome con pesadez y acidez de estómago como un recordatorio duradero de que tales experimentos culinarios pueden arruinar fácilmente tu velada.

01/05/2025: Personal muy desagradable. Servicio muy antipático. servicio malo