Viena - Salt en Salt

Buena variedad de bocatas y ricos, un lugar de comida rapida muy práctico.

Establecimiento de comida rápida de gran calidad y a precio correcto

Nos pedimos unas patatas con una salsa picante que estaban buenísimas,el bocata de pan de chapata vegetal lo recomiendo 100% y el bocata de jamón serrano también tenía buena pinta.

Un viena más. Para mí gusto caro para lo que ofrecen.

No me gusta que me enreden, y lo hicieron....sin saberlo me cobraron el redondeo, que no sé de dónde lo han sacado, ni para qué sirve, para mí que me lo tenían que preguntar.

Un sitio tranquilo,cada cosa para comer es deliciosa y con buen aspecto y presentación. Estamos siempre bien atendidos!

Sigue ampliando y variando sus ofertas, lo cual indica una buena estrategia empresarial. Las mini bagettes han bajado de calidad, pan muy duro.

Seré crítico en dos aspectos porque no me gustaría que se perdiera al Viena como lo conocemos todos. 1. Creo que tienen buen producto. Dedique dos minutos más y caliente el pan de las hamburguesas. Los clientes de Viena no buscan la rapidez de las cadenas americanas. No necesito tener la bandeja a los tres minutos de haber hecho el pedido. 2. Ha instalado máquinas para el pedido. De nuevo aproximándose a la cadena americana. No ahorre colas sino la contratación de una persona más atento a caja. Tenga cuidado.

Lugar tranquilo y perfecto para teletrabajo y reuniones. Facilidad de salida a autopista 🛣

Servicio poco valorable: la introducción de máquinas de autoservicio resto trato humano. Hay menos atención personalizada, mayor margen de error en los pedidos y menos sensación de que alguien “se preocupe” de la experiencia del cliente. Muy caro para la calidad actual: antes, pagar algo más por Viena tenía sentido porque ofrecía algo superior al fast food común. Hoy, la calidad de los ingredientes y la elaboración ha descendido respecto a años anteriores, pero los precios no paran de subir. Bebidas modernas sin información clara: las nuevas opciones son interesantes, pero no explican bien los ingredientes ni lo que llevan. Esto genera desconfianza, sobre todo para personas con intolerancias o simplemente quieren saber qué están tomando. Sensación de bajada general: los clásicos ya no saben igual, las raciones parecen más pequeñas y por lo general ya no está al nivel que lo distinguía hace unos años. En conclusión, Viena sigue siendo un lugar cómodo para una comida rápida, pero ya no justifica el precio. Entre la bajada de calidad, la falta de atención personal por las máquinas y la poca transparencia con las nuevas bebidas, la relación calidad-precio se ha resentido. Un sitio correcto, pero lejos de lo que fue.