El Viena de Olot es un lugar amable, con ambiente tranquilo, limpio y ordenado. La comida de Viena es como en todas partes, pero en Viena de Olot te atiende una persona dinámica, alegre, que interacciona con la clientela contenta y feliz del trabajo que hace. Un plus impagable que debe reconocerse. No la conozco, pero el nombre que lleva a la solapa me la presenta. Se llama Pilar. Gracias por los cuidados.
Es cierto que la calidad de los productos es exquisita. Sin embargo, el precio puede llegar a pasarse de la raya. Me parece una barbaridad que un MISERABLE sándwich cueste 4,85€. Indignante, es un robo a mano armada. Las cuatro estrellas se deben a los trabajadorxs tan pacientes que hay, que siempre te hacen sentir bienvenide. Respecto el ambiente del establecimiento, es una atmósfera muy acogedora, y el diseño arquitectónico del comedor es sublime.
Es un buen lugar para compartir un desayuno o una merienda o cenar algo rápido.
Aveces hay agun niño/a que jugando grita a pleno pulmón pero el local es muy acogedor.