The Sunrise Terrace en Tuineje

¡Fuerteventura es una isla maravillosa! Desde el primer momento, cautiva con su tranquilidad, sus amplias playas y sus increíbles vistas al mar turquesa. Posee un ambiente único y relajado, perfecto para relajarse de verdad y recargar energías. Las playas son extensas, limpias y a menudo casi desiertas, y el viento le da un toque especial. Cada rincón tiene algo especial: desde las dunas de Corralejo hasta los paisajes salvajes y agrestes, pasando por los pintorescos pueblos. Fuerteventura es el lugar perfecto para relajarse, pasear, practicar deportes acuáticos y disfrutar de hermosas puestas de sol. ¡Recomiendo encarecidamente esta isla!

Uno de los lugares más maravillosos del planeta. Clima siempre agradable, hermosas playas, hoteles elegantes y sofisticados, gastronomía abundante, programas y experiencias especiales.

Un recuerdo maravilloso, una bienvenida muy cálida. ¡Qué paseo tan bonito con ardillas para ver y visitar!

Precios increíbles pero caros y clima muy ventoso.

Fuerteventura es sin duda uno de los mejores sitios donde veranear. Tiene unas playas increíbles que nada tienen que envidiar al Caribe. Hay muchas que incluso podrían considerarse salvajes aún. Corralejo, el Cotillo, Jandia. Es una Isla preciosa. Lo peor la capital, Puerto del Rosario que es feo y parece deshabitado. Lo demás increible

Fuerteventura, nuestro refugio del alma – Quince inviernos, quince primaveras Hay tierras que llaman al alma como la luna a la marea. Fuerteventura es una de ellas. Durante quince años, hemos regresado fielmente, como Ulises a Ítaca, para instalarnos durante un mes entero; un mes de gracia, un mes de eternidad. No es solo el paisaje lo que nos cautiva, esa austera belleza mineral que divide corazones: algunos solo ven desolación donde nosotros contemplamos la nobleza del desierto abrazando el océano. No, lo que nos atrae incansablemente es la esencia misma de esta isla: su gente. Los majoreros poseen la serena sabiduría de quienes habitan lugares remotos. Su amabilidad no es una fachada turística, sino una verdad profunda, entretejida en cada sonrisa, en cada gesto considerado, en cada palabra amable. Serviciales sin segundas intenciones, corteses por naturaleza, encarnan ese raro arte de la auténtica hospitalidad. Aquí, uno nunca se siente extraño, siempre invitado. La seguridad es primordial, una certeza silenciosa; caminas con la mente libre y el corazón ligero. A pesar del constante flujo de visitantes, la isla conserva su serena elegancia. Nunca hay multitudes, nunca se siente agobio. Las playas se extienden hasta el infinito, ofreciendo a quienes las buscan refugios de absoluta soledad donde solo el viento y las olas componen su sinfonía. El respeto es un lenguaje común, hablado tanto por locales como por visitantes. Esta armonía colectiva calma la mente y disuelve la tensión acumulada. Aquí, el tiempo vuelve a su ritmo natural, el de las mareas y las puestas de sol. Y además, existe un equilibrio en todo: precios razonables, productos de calidad, esa conexión sincera donde se siente que la humanidad prima sobre el beneficio. Fuerteventura no está en venta, está para compartir. Así que sí, puede que no te encante su paisaje austero y mineral, sus horizontes desolados que recuerdan a los lienzos de Rothko, vastas extensiones de color puro donde la tierra y el cielo dialogan. Pero para nosotros, esta austeridad es una bendición, un remanso de sencillez donde lo esencial recupera su lugar. Durante quince años hemos regresado. Durante quince años esta isla nos ha ofrecido su paz. Y ya sabemos que volveremos, atraídos por esta alquimia singular donde la amabilidad de su gente transforma la aspereza de la piedra. Fuerteventura, nuestro puerto base, nuestro refugio anual, nuestra luz.

Una experiencia agridulce. La isla presenta paisajes desérticos y volcánicos, con escasa vegetación. La zona norte está plagada de obras turísticas, lo que le da un aspecto bastante descuidado; el interior es más agradable. No hay mucho que ver, y los lugareños no son muy amables (¿quizás con los turistas?). Sin embargo, las playas son preciosas y el país es soleado. Supongo que es más adecuado para quienes disfrutan de los deportes acuáticos.

Isla de contrastes, enorme belleza, su terreno árido y desértico se bañan con playas paradisíacas, sus aguas turquesas transparentes, van alternando con azul marino intenso, en algunas de ellas apenas te puedes cruzar con un puñado de personas, una delicia de isla

Si te gustan las islas bounty entonces fuerteventura es el lugar para estar, hermosas playas de arena blanca, palmeras y un hermoso mar azul con un maravilloso clima templado. También es mucho más tranquilo aquí en términos turísticos que Gran Canaria o Tenerife. Si te gusta un poco más de animación, visita el norte de Fuerteventura, si te gusta la paz y la tranquilidad, visita el sur. El viento en esta isla siempre está presente y puede hacer bastante viento a lo largo de la costa oeste, no en vano esta es una isla para surfistas, en el sureste este viento es un poco menor pero siempre está presente. Nos alojamos en el hotel R2 Pájara Beach en Costa Calma, que está a aproximadamente una hora en coche desde el aeropuerto y está situado en el sureste de la isla. Hay un poco menos que hacer aquí y, por lo tanto, es ideal si te gusta la paz y la tranquilidad. El hotel está muy bien situado en la hermosa costa de Costa Calma, donde podrá dar largos paseos por la playa. Bonitos lugares de interés son las cuevas de Ajuy, la costa de Pared, el pueblo de Corralejo donde hay muchas tiendas y, por supuesto, la playa de Popcorn.

Perfecto, aquí tienes una breve reseña de Fuerteventura: --- Reseña: Fuerteventura es una isla maravillosa, con playas infinitas, aguas turquesas y un ambiente relajante. La brisa agradable y los paisajes volcánicos le confieren un encanto especial. Un destino ideal para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.