Paramos para probar.y la verdad que nos ha encantado la comida.. el san Jacobo con roquefort espectacular ( nos tardó un poco) los molletitos de calamares con alioli buenísimos y tiernos .. luego la atención del camarero exquisita..muy atento con los clientes y super simpático.. todo lo contrario al señor de la barra que se portó con el camarero super borde y mal educado.. no se si sera encargado o dueño.. pero mejor que se quede en su casa y lleven el local los trabajadores.. porque no me gustó el trato al chaval.. estábamos muy agusto comiendo y nos corto el royo.. y luego cuando nos levantamos para irnos miramos para despedirnos y ni nos miró.. daremos otra oportunidad por la comida y el camarero que se portó genial.... Volvere
Paramos a tomarnos algo y nos tuvimos que ir, precios elevados para la cantidad y calidad de la comida. Platos con lo básico, a la ensaladilla le faltaban unos picos (roscos) de complemento, a los montaditos unas patatas (aunque sea de paquete) y la empanadilla una poca de lechuga (aunque sea para decorar el plato). El camarero estaba muy atento y amable, pero pedí un Aquarius y no tenían y también la famosa tarta de queso y tampoco la tenían.
Esta vez no acerté en el lugar.
Calidad+Cantidad+Precio= DAR QUE DESEAR.
Espero que el propietario lea está crítica y le sirva para mejorar.