Taberna No Ni Na en Rota

Tiene potencial pero nada del otro mundo.

Comida buena calidad/precio y buen servicio. Gente joven que se ve que se lo curran en este mundo tan complicado de la hostelería.

Simplemente espectacular la comida buenísima el trato al cliente inmejorable y los precios ajustados para la calidad que te ponen recomendado 100x100

Bonito local, servicio agradable y buena comida

Nos encanta comer allí, todo muy bueno, el servicio también, y precios acorde a lo q se pida

Estuve hace un mes o así con mi pareja y esta semana repetimos en familia. Las dos veces comida estupenda y el trato del personal hace que vuelvas a repetir! Sitio top!

Buen servicio y buen ambiente. Comida de calidad, a destacar la hamburguesa “No ni ná”. Sin duda repetiremos!

Servicio y comida espectacular. Un trato muy cercano, muy atentos los camareros y súper rico todo. Un 10, para repetir sin dudarlo

Magnífica experiencia. Primera vez y no va ser la última La comida muy buena, diferente y de calidad. Pero lo mejor la atención. Gracias Peli por tu profesionalidad y simpatía. Muy recomendable

Fuimos anoche a cenar con una pareja de amigos y su niña que estaban de vacaciones en Rota y nos invitaron. Hicieron la reserva el lunes en el No Ni Ná de la Calle María Auxiliadora, llegamos y nos dicen que no tenemos reserva, que sería en otro No Ni Ná de los que hay en Rota. Tiene que enseñar el móvil y ver a qué número habían llamado y comprueban que se han equivocado y ni se disculpan, teníamos reserva dentro del local para cenar y nos quieren poner afuera y dijimos que la reserva es adentro. Al final nos ponen adentro, pedimos: una parrillada ibérica (muy buena), tortilla de camarones (buenas pero pocos camarones), palitos de queso (muy buenos), a la niña le encantó, lumpias (tenía muchas expectativas por probarlas), cómo es la primera vez que las comía, las noté muy especiadas: serán así, ensaladilla de ahumados y encurtidos (muy buena), pulpo a la brasa ( durísimo y las patatas igual de duras). Un camarero que nos atendió de primeras, para saber lo que queríamos estuvo simpático y era él, el que nos dijo que no teníamos reserva. Luego iban trayendo una camarera y otro camarero, el camarero nos traía las cosas, parecía que le debíamos algo de serio que nos miraba, nos resultó algo embarazoso. Decidimos irnos y no comer postre allí. Con la ilusión que tenía yo por ir al No ni ná, por culpa mía hicieron allí la reserva.